22.

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—¡Loca! —Dijo Ji tosiendo—.

—Sólo me pasé un poco —CL no le dio mucha importancia o eso dio a entender—.

—¡¿Un poco?!

—¿Estás sordo?

—Loca, bruja, bestia...

—¡Cállate!

CL se lanzó de nuevo al cuello de Ji para volver a practicar su llave, cuando estaba aprisionando su cuello uno de los entrenadores deshizo la llave y tomó a CL de la cintura para alejarla de Ji.

—La pelea ha terminado, se calman o los echo.

—No te metas —CL habló amenazadoramente—.

—¿Quién autorizó la pelea?

—¡Qué te interesa!

—Largo de aquí, mujer.

El entrenador tomó a CL y sus cosas y prácticamente la tiró a la calle, genial, una razón más para querer moler a alguien a golpes. Caminó hasta su departamento no sin antes pasar por un café bien cargado —algo es algo—, una vez con su café se encaminó a casa, pero una mano tocó su hombro.

—¿Te pasó un camión por la cara?

—Quítate de mi camino.

—Uy, pero que humor. ¿No te estarías revolcando con mi Ji? ¿O sí?

—Te lo advertí.

CL puso su café a un lado y tomó a Hyuna del cuello, la arrinconó contra una pared —de algún establecimiento—, y la golpeó en el estómago, gancho tras gancho y un rodillazo fue suficiente para dejar a Hyuna sin aire y llorando.

—Y nada de esto a tu noviecito, idiota.

CL volvió a tomar su café y se fue a su apartamento, primero Ji y luego su mujercita. Esa pareja la mataría o ella a ellos, ¿qué importa? Llegó a su departamento y tomó una ducha, revisó sus heridas y les untó crema, no eran tan serias sólo los golpes de sus costillas tardarían más en curar pero sólo eso.

Al día siguiente CL decidió salir a correr por el parque, se duchó, lavó sus dientes y se vistió para correr. Una vez lista cerró su departamento y se dispuso a correr. Su respiración era un poco dificultosa por los golpes que tenía en sus costillas pero sin más imprevistos volvió a su departamento.

CL estaba de vuelta a las carreteras, pero este viaje ya era diferente, sólo le dijeron a donde llegar, no como. Ahora sería a su estilo no como lo demanda P&H, el trabajo estaba destinado para 6 horas y ella lo hizo en 4, brincando semáforos, rebasando autos, acelerando a 120 en una carretera de 80, ella hacía su trabajo como si de una carrera o persecución se tratase, así era mejor su trabajo y rendimiento. Llegó al lugar previsto  —que resultó ser un gueto—, descargó donde correspondía y esperó su paga.

—¿Dónde está el conductor?

—Yo lo soy.

—Ya en serio, ¿donde está Wang?

—Wang ya no trabaja como conductor, no para esta compañía.

—Así que ponen a una linda chica a repartir. Muy buena idea, ¿no creen chicos?

El que parecía ser el jefe se dirigió a una pandilla que se encontraba en su casa.

—No es por ser mal educada, pero ya debería estar de vuelta.

—¿Tan rápido? Mejor diviértete con nosotros.

—En serio tengo que irme.

—Te quedas.

El "jefe" hizo a tomar a CL, pero antes de eso, ella sacó su 9mm de su chaqueta y apuntó a la cabeza del hombre.

—No se atreva a tocarme —dijo CL quitándole el seguro—.

—Denle su paga —el hombre tenía las manos alzadas, en señal de rendición—.

—Gracias —dijo CL tomando la paga—.

CL se fue de la casa sin bajar la guardia y siempre apuntando al "jefe". Subió a su auto y cuando salía de la propiedad oyó como una lluvia de balas caía sobre su Hummer, aceleró a más no poder—. Divisó como un jeep la seguía con 2 pasajeros, uno conducía y otro disparaba. CL no temió hasta que oyó como su cristal era atravesado por balas perforadoras, su Hummer estaba blindada pero hasta cierto calibre y ella estaba en clara desventaja, sin conocer bien el gueto y no siendo oriunda de allí, tenía las de perder.

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Vamo' a asustarno'.

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Perdedor {Skydragon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora