Perdedor {Skydragon}

30.

Al oír el disparo, automáticamente las manos de CL hicieron acelerar su bestia, a medida que los obstáculos aparecían los conductores se iban reduciendo, algunos no esquivaban las tachuelas que dejan intencionalmente y sus llantas sólo dejan salir un estruendo al explotar, los barriles que los otros conductores botan, entre un sinfín de cosas que hacen que tengan que correr con cuidado pero también con velocidad. Llegó el momento donde ellos tenían que alzar la llanta delantera, una prueba fácil. Sólo quedaban 3: CL, el misterioso corredor y uno al cual no le dio importancia. Cuando vio el puente levantarse, aceleró a más no poder pero oyó como otro motor rugía muy cerca para su gusto, vio al chico misterioso acelerar con ella, ella cayó antes pero él sólo estaba atrás por al menos un solo metro, tanta cercanía le molestaba. Aún faltaba bastante para llegar a la meta, cuando escuchó su llanta explotar… se había asegurado de no pisar ninguna superficie afilada, estaba segura que no había sido una imprudencia. Logró controlar su moto para que al frenar esa acción no fuera aparatosa, maldijo y pateó su moto para oír como un motor se detenía junto a ella. Quitó su casco y de mala gana vio al conductor misterioso, este bajó y quitó su casco, dejando al descubierto su identidad.

—Así que eres tú.

—No me impresiona que me hayas encontrado —sonrió tétricamente—.

—Fue fácil, lo que sigo buscando es el porque de esos sobres —se acercó a él y cruzó sus brazos—.

—La respuesta que estás buscando ya la sabes.

—¿Mi trabajo? Se supone que querían traer abajo a P&H, ¿no?

—Sí, y para eso necesitábamos a Kwon dentro, no a ti. Pero ese no es el principal problema, sino que había ordenado que te desaparecieran y no pudieron. Ahora mis socios están dudando de mi eficiencia y en este negocioso no sirve eso, así que hay ciertas opciones que pueden funcionar tanto para ti como para mí.

—¿Cómo cuáles?

—No mataré ni a tu hermanita ni a su patán si tú te deshaces de Kwon.

—¿No qué él es uno de tus socios?

—Un socio así se puede reemplazar, después de todo no pudo contigo.

—Si desaparezco a Kwon, ¿dejarás en paz a mi familia?

—No les haré daño ni nada, pero tendrás que trabajar para mí, al menos 2 años y luego de podrás largar si así lo quieres.

—¿Tengo tiempo límite? —En todo este tiempo ella nunca dejó los ojos de él—.

—Sólo tienes 2 días y empiezan a correr cuando estés en NY.

—¿Cómo sé que después de matarlo no harán lo mismo conmigo?

—A ti te necesitamos, además, yo nunca falto a mi palabra.

—¿Qué sabe él de esto?

—A ver, dejemos algo claro. Yo decido que sabe y que no, te aseguro que el idiota ha de estar pensando en como salvarte y que nunca sepas quien soy, pero al parecer eres más rápida y eso me hace quererte más con mi empresa.

—Te avisaré una vez el trabajo esté listo.

—Suerte, aunque no creo que la necesites —tomó la mano de CL y la besó en la parte superior—.

Ella lo vio acelerar y aún no lograba asimilar el pedido que le hicieron, cuando lo vio desaparecer en la oscuridad de la noche, sus sentidos se apagaron y sólo quedó vivo el miedo. El miedo de perder a alguien para salvar a dos, pero su familia estaba primero y tenía que hacer lo pedido. Llamó para que llevaron su moto al taller y junto a Tae se fueron donde ella había alquilado, Taeyang creía que CL estaba empezado a delirar con el sin número de cosas que había dicho atropelladamente, pero esa idea fue descartada cuando ella le mostró los sobres que había recibido.

—Lo siento, pequeña —la abrazó con fuerza—.

—No quiero dañar a nadie, ya no más pero no puedo perder a Harin ni a Wang —habló contra el pecho de su amigo—.

—Algo se nos ocurrirá —él acariciaba el cabello de CL—.

—Tengo miedo… —lágrimas empezaron a caer por sus mejillas—.

—Le quieres, ¿cierto?

—No, sólo no quiero matar de nuevo —trataba de hablar lo mejor que podía—.

—Lo que digas —ironizó—, no hables, sólo desahógate por esta noche, mañana volverás a ser fuerte.

Como si ella hubiera necesitado permiso, sus lágrimas empezaron a caer como si de un río se tratase, los sollozos eran inaudibles, y sus brazos se aferraron a la espalda de su fiel amigo, su respiración se distorsionó sólo un poco. Las caricias de su amigo la calmaron al cabo de unos minutos, él limpió sus lágrimas y hasta la consintió. Cenaron entre risas y él se despidió.

—Creo que llegó la hora de decir adiós.

—Tae, gracias por todo pero ¿Te podría pedir otro favor?

—Dime.

—¿Podrías quedarte a dormir conmigo? —Dijo un poco avergonzada—.

—Tus pesadillas han vuelto, ¿verdad?

—Sí… además quiero dormir abrazando al peluche que tengo como amigo —dijo riendo—.

—Está bien, sé que me amas. A dormir —la cargó en sus brazos y la depositó en la cama—.

—Déjame ponerme cómoda.

Rebuscó en su ropa, un camisón y una pequeña lycra para vestirse, cuando se cambió, volvió a acostarse junto a Tae. Se acurrucó a su pecho para estar más cómoda.

—Espero que puedas descansar, pequeña —besó su frente—.

—Gracias, Tae —dijo dejando un beso en su pecho—.

Sus ojos se empezaron a sentir pesados y en cuanto menos lo pensó, cayó rendida en un sueño profundo, sin pesadillas al dormir con él. A la mañana siguiente desayunó con su amigo, se duchó y tomó sus cosas para largarse a NY, tendría que hacer su trabajo cuanto antes.

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Perdón si les aburre pero era necesario (? 

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Gracias por leerme y a las nuevas lectoras, ¡mil gracias! ❤ (mil gracias a todas, en serio) ❤