Capítulo 11

1.6K 16 0
                                        

Abrí los ojos, me fue difícil hacerlo, pero lo conseguí. Estaba en mi cama, con un dolor de cabeza espantoso. No sabía qué es lo que había pasado. Intenté moverme, pero me dolía la espalda cosa mala. Me la toqué porque notaba que tenía algo allí. En efecto, tenía como una especie de gasa pegada a mi espalda que desconocía por qué estaba allí. Miré a mi alrededor y vi en mi mesilla de noche una caja de pastillas y un vaso medio lleno de agua.

-¿Mamá...? -dije casi sin voz-. ¿Papá...? -dije un poco más fuerte.

Creo que no me oyeron. Intenté incorporarme en la cama. Me preguntaba cómo me pude haber hecho eso. Me levanté con dificultad. Me puse las chanclas que había al lado de mi cama y salí de mi habitación. Bajé las escaleras poco a poco, además de la cabeza también me dolía todo el cuerpo, y vi que en el sofá estaba mamá.

-¡Laura! ¿Qué haces levantada? ¿No ves que no puedes moverte?

-Tranquila mamá, yo puedo.

Se acercó hacia mí y me ayudó a volver a mi cuarto. Me volví a echar en la cama. Ella cogió una silla de allí y se sentó a mi lado.

-¿Dónde están papá y Paul?

-Han ido a comprar tus medicamentos. Te hiciste mucho daño antes de ayer.

-¿Antes de ayer? ¿Cómo?

-Sí cariño, has estado un día entero en cama.

-¿Qué pasó mamá?

-Pues verás hija -empezó a explicar-. Picaron a la puerta y -ella continuaba hablando pero su voz cada vez era más floja.

-Habla más fuerte, no te oigo -le pedí.

Seguía igual, el volumen de su voz era muy bajo, casi no podía escucharla. Los ojos se me iban cerrando poco a poco. Intentaba que no lo hicieran. Mamá solamente movía los labios pero no le salía ningún sonido. Se me emborronaba la vista, cada vez los ojos cedían más y más. Hasta que llegó el momento en que cerré los ojos por completo. ¿Qué me estaba pasando? No podía moverme. ¿Me había desmayado otra vez? No sabía qué me había pasado.

Aquí perdí la noción del tiempo, no sabía si pasaron dos días o un mes. No sentía nada. No podía moverme. Por un momento pensé que me estaba muriendo, nunca me había sentido como en ese instante interminable. Estuve así por un tiempo incalculable para mí. Hasta que por fin pude oír algo.

-¿Laura? -parecía la voz de papá. No veía nada. Mi cerebro me decía que no abriera los ojos, pero no le obedecí y los abrí.

-¡Laura! -vi a Paul que estaba al lado de una camilla de hospital, donde estaba yo estirada. Me sorprendió verme allí cuando hace no sé cuánto tiempo estaba en mi cama.

-¿Cómo estás hija? -me preguntó papá.

-No lo sé, me duele todo el cuerpo. ¿Qué me ha pasado papá?

-Anoche te encontré en la puerta de casa y tenías mucha fiebre, te desmayaste y te traje al hospital.

-¿Anoche? No puede ser.

-Sí, anoche, cuando quedaste con tus amigos para explicarles lo de la mudanza.

-Eso fue hace dos días, me lo ha dicho mamá.

-¿Mamá? -dijo Paul.

-Paul sal de la habitación, ahora voy yo -no sé por qué motivo hizo eso papá, pero Paul le obedeció.

-¿Qué pasa papá? ¿Por qué le has dicho eso a Paul?

-No, la pregunta es por qué has dicho tú eso de mamá.

¿Mamá...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora