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...-Encantada señor Drives, por favor llámeme (tn*)-, le respondí gentilmente agarrando el brazo que me ofrecía mientras entrábamos al hotel...

Aquí estaba yo, intentando parecer fría como el hielo, calculadora, serena y tranquila aunque en realidad por dentro estaba aterrada, me sentía extraña, ahora comprendía muy bien a mi amiga Sami cuando me decía que la mayor parte del tiempo representaba un teatro fingiendo ser alguien que no era, eso estaba haciendo yo allí en aquel lujoso hotel entrando del brazo de un apuesto hombre al que no conocía en absoluto intentando hacer ver a los demás que era su compañera, o su amiga o incluso su pareja, era una extraña situación, una realidad diferente, la que yo había elegido...

-(tn*) necesito que estés relajada, disfruta de la recepción, la mayor parte de las personas con las que nos vamos a cruzar durante la velada son auténticos estúpidos así que, solo limitate a seguir la conversación con cara de que te interesa mucho lo que te cuentan, cuando se haga insoportable te rescataré -, me explicó Drives sonriendo mientras entrábamos en el salón destinado a la fiesta que se había organizado en honor a mi acompañante...

-Disculpe señor Drives pero no hemos acordado que vamos a decir cuando alguien pregunte sobre nosotros-, le dije visiblemente avergonzada ya que, como yo era nueva en este trabajo, aún no tenía las "tablas" suficientes para desenvolverme ante las preguntas indiscretas, debería hablar con Sami sobre eso, pensé para mi misma...

-Bueno (tn*), antes de nada necesito que me tutees, se supone que somos amigos y que entre nosotros hay confianza, no voy a pedirte que actúes como si fueras mi pareja, simplemente se tu misma, déjate llevar, pásalo bien y déjame a mi el resto-, respondió Alonso mientras se detenía ante la puerta del salón mirándome a los ojos, -¿estás preparada para saltar a los leones?-, me preguntó sonriendo mientras abría la puerta que comunicaba con el salón llenándose así la sala de aplausos y vítores cuando nos vieron aparecer...

La verdad es que en un principio la situación me parecía algo vergonzosa, a mi no me gustaba ser el centro de atención y precisamente ahora era todo lo contrario, me dediqué a observar atentamente a las personas que teníamos alrededor, sorprendida me di cuenta de que ninguno estaba allí realmente por el señor Drives es mas, se les hacía insoportable tener que fingir que les importaba, se notaba que estaban allí como aves carroñeras en busca de comida...

Observaba de vez en cuando a mi acompañante estudiando su apariencia física, intentaba adivinar porqué un hombre guapo e inteligente como él recurría a una Dama de Compañía como yo, estaba segura que podría tener a la mujer que él quisiese pero, también estaba segura que muchas de ellas se enamorarían antes de su cuenta bancaria que de su corazón...

Quizás me reconfortaba el darme cuenta que no era la única que fingía ser algo que no soy en ese salón, casi todos de los que estaban allí también fingían lo mismo, era una pena que alguien tan agradable como Alonso estuviese rodeado de tanta mentira y engaño, que cierto es el dicho que dice "el dinero no te da la felicidad", en el caso del señor Drives el dinero le daba la mas completa y absoluta de las soledades, esa que te invade el alma cuando llegas a casa y te das cuenta de que, a pesar de ser inmensamente rico, estas solo, el amor es lo único que uno no puede comprar, solo se compra el sexo, el placer, o como en mi caso, la compañía durante un rato...

La noche fue bastante tranquila, mucho mejor de lo que esperaba, representé mi papel de amiga a la perfección, me limitaba a acompañar a Alonso sin eclipsar su protagonismo, respondía todas las preguntas estúpidas que me hacían y reía de las tonterías y chistes que se les ocurrían hasta casi dolerme la mandíbula, solo quería que todo acabase para volver a casa...

-(tn*) cuando estés cansada me lo haces saber y nos vamos, ya he soportado la fiesta mas de lo que mi paciencia puede soportar-, me susurró Alonso al oído una de las veces que estábamos compartiendo la pista de baile con otras parejas moviéndonos al son de una melodía que ni si quiera escuchaba...

Trying Your Luck | Guy BerrymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora