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(tn*) POV (contado desde tu punto de vista)

Los labios de este hombre era el mejor manjar que jamás había probado, sería capaz de besarle una y mil veces sin cansarme nunca de él, de su sabor, de su piel, de su olor, de su calidez, de su voz, de su penetrante mirada de ojos marrones cafés claros, pero todo esto me hacía darme cuenta de algo importante, algo que estaba pasando por alto y que yo misma sabía que no debía olvidar nunca, él era Guy Berryman, adinerado, guapo, con su futuro resuelto y el mundo a sus pies y yo, yo era (tu nombre completo), estudiante, sin recursos económicos, con un futuro pendiente de resolver, mi vida estaba no tan bien...y sobre todo, era su "Dama de Compañía" y este pensamiento fue el que me hizo volver de nuevo a poner los pies en la tierra separándome quizás de manera algo brusca de sus labios sintiendo en ese mismo instante un vacío profundo y doloroso en el centro del pecho que tiraba de mi alma y de mi corazón hasta casi arrancarlos...

-Lo siento yo no quería incomodarte ¿qué te ha ocurrido, que he hecho mal?-, me preguntó Guy totalmente confundido y abatido ante la evidencia de mi rechazo, al haberme separado de la manera más brusca de su rostro y empujándolo con delicadeza con mi mano en su pecho...

-Perdóname Guy no has hecho nada mal es solo que a veces pienso que vamos demasiado deprisa y no quiero perder la perspectiva de mi vida, mi camino y mis metas, no debo olvidar quien soy y donde pertenezco y sobre todo, no debo olvidar que soy tu Dama y tu mi cliente-, le respondí de manera algo fría para que entendiese cual era mi postura aunque por dentro estaba con el corazón sangrando ya que yo sabía que lo deseaba mas que al aire que respiro y que lo que le estaba diciendo era una cruel y burda mentira para alejarle de mi lado...

-Lo siento (tn*) mi intención nunca ha sido confundirte y mucho menos hacer que pierdas la perspectiva de tu vida, si lo prefieres a partir de ahora las cosas pueden ir algo mas despacio entre nosotros pero por favor, no me pidas que te trate como mi Dama de Compañía porque no puedo hacerlo, prefiero tratarte como mi amiga y así, las cosas seguirán su curso natural y tu misma serás la que marque el ritmo-, me contestó Guy mientras clavaba su intensa y penetrante mirada en mis ojos haciendo que mis ganas de besarle cada vez fuesen mayores aunque sabía que debía ser consecuente con mis decisiones aunque doliesen, y ya lo creo que dolían...

-Gracias Guy sabía que entenderías mi postura sin enfadarte conmigo, de verdad que te agradezco tu comprensión porque me haces las cosas mucho más fáciles-, le dije sin dejar de mirarle quedándome casi sin respiración cuando su rostro se adornó con una de sus maravillosas sonrisas torcidas, Dios mío como podía ser tan tremendamente guapo este hombre...

-Nunca haré nada que te haga sentir mal o que te haga sentir incómoda porque te respeto y antes que nada prefiero ganar tu amistad a perderte para siempre así que ahora mismo usted y yo nos vamos a desayunar a uno de los sitios donde preparan los mejores croissant de París-, me respondió mientras casi me arrastraba fuera del lobby del hotel hacia la calle donde nos esperaba su bonito y plateado volvo...

-Lo que usted ordene mi señor-, le respondí mientras rompía a reír feliz como una niña pequeña emocionada...

Todo el camino iba mirando embelesada por la ventana del coche mientras Guy me hablaba de todo lo que íbamos viendo ya que decidió hacer un recorrido algo mas largo de lo normal hasta el restaurante para así poder enseñarme otros rincones interesantes de París, definitivamente esta ciudad tenía un encanto especial y al lado de Guy ese encanto se transformaba en todo un sueño de cuento de hadas en el que me sentía como la cenicienta a la que se le había concedido un fin de semana romántico e inolvidable al lado de su príncipe azul...

Después de casi una hora de ruta turística en la que Guy no dejó de darme detalles de todo aquello que veíamos llegamos a El Edén, donde íbamos a probar un exquisito desayuno típicamente parisino, café con leche cremoso y unos croissant recién hechos con mantequilla la verdad es que se me hacía la boca agua de solo pensarlo aunque en realidad se me hacía casi incontenible el "babeo" cada vez que dejaba a mi loca y pervertida mente suelta imaginándome la suite de mi hotel con Guy desnudo sobre las negras sábanas de satén mientras un... seee *.*

Trying Your Luck | Guy BerrymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora