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PARIS (III PARTE)

GUY POV (contado desde el punto de vista de Guy)

Cuando nuestros labios se unieron entendí que ella era la única mujer con la que quería estar el resto de mi vida, entendí que la oscuridad que había reinado durante tanto tiempo en mi alma y en mi corazón acababa de ser destapada dando lugar a una nueva y reluciente luz, entendí que por fin había llegado el momento de amar y de ser amado, entendí que un capítulo de mi vida se cerraba abriéndose otro capítulo en blanco esperando ser escrito y este iba a escribirlo junto a la mujer que había despertado en mi tantas sensaciones nuevas, junto a mi princesa, junto a ella, (tn*)...

Me costó mucho separarme de su cálida y dulce boca pero entendí que no debía ser agobiante ni parecer ansioso para que no se llevase una idea equivocada de mis intenciones ya que yo la quería a ella, quería su corazón, quería su alma, quería su amor, no deseaba que pensase que solo me interesaba para un desahogo, para calmar mi sed de sexo y placer, mis intenciones iban mucho mas allá que simple sexo y eso era lo que yo quería que a ella le quedase claro...

-Lo siento me dejé llevar por el momento, no quiero que pienses mal de mi, normalmente no suelo pedirle a nadie que me bese, no sé lo que me ha podido pasar, te pido disculpas-, me dijo (tn*) de manera atropellada mientras se separaba de mi alejándose hacia el otro lado del sillón de la limusina visiblemente sonrojada y aturdida por lo que acababa de ocurrir...

-No tienes nada de que disculparte (tn*) yo no pienso nada raro de ti, me ha encantado que me hayas pedido que te bese al igual que hice yo hace un rato en la recepción y que sepas que si fuese por mi estaría besándote todo el tiempo sin que me lo pidieses porque es maravilloso sentir tus labios sobre los míos, hacía tiempo que no me sentía tan a gusto con nadie y sobre todo, hacía tiempo que no me sentía tan vivo y tan feliz, gracias (tn*), gracias por llegar a mi vida, por favor quédate y no te vayas nunca-, le respondí mirándola fijamente para después tomarla suavemente de la mano acercándola a mi cuerpo para que se sintiese reconfortada...

El resto del viaje hasta su hotel permanecimos abrazados y en silencio mientras observábamos a través de la ventanilla el maravilloso y romántico París nocturno, un París que ahora veía con otros ojos porque tenía a la mujer mas maravillosa del mundo a mi lado y ella hacía que todo se viese con otros ojos...

Llegamos al Hotel Seven antes de lo que me hubiese gustado porque eso significaba que tenía que dejar a mi princesa hasta el día siguiente, aún no me había despedido de ella y ya la estaba echando de menos, me encantaría pasar la noche junto a ella aunque solo estuviese abrazado a su cuerpo velando su sueño y escuchando su respiración como si fuese la canción de cuna mas linda que jamás hubiese oído pero aún no había llegado ese momento y no quería hacerla sentir incómoda así que, la ayudé a bajar del coche y la acompañé hasta la entrada del hotel sin soltarla de la mano ya que el más mínimo contacto con su piel me hacía inmensamente feliz...

-Bueno ya hemos llegado, espero que hayas pasado una velada agradable y recuerda que a partir de mañana solo somos (tn*) y Guy, nada de trabajo y nada de obligaciones-, le dije mirándola fijamente a los ojos una vez que llegamos a la entrada de su hotel con nuestras manos aún entrelazadas...

-Si, ha sido una noche muy agradable y muy intensa, estoy deseando que llegue mañana para disfrutar del fin de semana como dos buenos amigos además, quería darte las gracias por tu maravillosa invitación ya que no tenías porqué...-, intentó decir pero en seguida la interrumpí...

-Nada de agradecimientos nunca olvides que yo hago las cosas con el corazón y me muevo por sentimientos y tu despiertas en mis los mas maravillosos y sinceros sentimientos así que debería ser yo el que te dieses las gracias a ti, para mi que hayas aceptado pasar el fin de semana conmigo en París no es solo un honor sino también un gran placer-, le respondí sin dejar de mirar como se ruborizada mientras acercaba sus manos que estaban entre las mías a mi boca para besarlas con ternura, devoción y amor...

Trying Your Luck | Guy BerrymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora