- ¿Priscila? ¿qué hacés? – le dije a mi hermana que se encontraba en la punta de mi cama.
- ¡te extrañé! – abrazándome
- Yo más – mis ojos se llenaron de lágrimas
- Estás mucho más hermosa – mirándome mientras sujetaba mis manos
- ¿si? Gracias, pero nunca como vos
- De eso quería hablar... sentate – llevándome al lecho
Pasó rato, le dije que vaya a casa, porque tenía que ir a un control. A penas se fue, me dirigí a lo de Vale.
- Te necesito. Vino Priscila a verme, mi hermana - entré acelerada
- ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo?
- Me dijo que tengo que estar bien, que voy a ser la quinceañera más hermosa, y que me pide perdón por todo lo que haya hecho, si es que hizo algo, porque no sabe, y si necesito ayuda, o hablar, que se lo diga. Me dijo que no cometa los mismos errores que cometió ella. No entiendo a qué se refiere, pero no me voy a abrir jamás con ella, nunca estuvo, y ahora que me internaron se dio cuenta que es mi hermana mayor. No da
- Pero Tania, pensé que habíamos aprendido que debemos hablar. Si no ¿Qué? Salís de acá y seguís igual.
- ¡no! Igual no
- ¿y entonces?
- Entonces, no me va que todos se preocupen ahora que me internaron, y no cuando lloraba en mi propia casa, no cuando me retiraba rápido de la mesa después de cada comida, no me gusta esto. Nada
- Arranquemos que nada de esto te puede gustar porque llegaste vos así
- Valeria ¿vos me estas jodiendo?
- No... qué... vos viniste acá, o sea, vos hiciste lo que hiciste
- Ah, claro. Vos seguro que no vomitaste, ¿o fuiste bulímica sin vomitar? Ya sé, ¡fue magia!
- Tania, no te hagas la viva
- ¡¡Ay Valeria reaccioná!! No puede ser esto, vos sabés todo de mí, me re abrí con vos. Y vos te haces la viva, porque actuas de una forma indiferente
- ¿esperabas que te aplauda, que te festeje, lo que hacés? Que no aprendiste nada, porque seguís callándote
- Mirá... creo que no me entendés
- Mirá... sos difícil, pero es momento de hablar.
- ¿Qué hay que hablar Valeria?
- ¿Cómo te sentiste con todo esto?
- ¿con vos o mi hermana?
- Conmigo
- Que la única persona que me entendía no quiere hablarme, no quiere escucharme, me duele
- ¿tanto como para hacer qué?
- Romper todo – mis ojos estaban tristes.
- ¿incluso vos?
- Sí
- ¿y con tu hermana?
- Tenía resentimiento, hasta que me controlé, ella no tiene culpa de nada, yo soy la que me hago mal, o la que se imagina cosas, no tiene nada que ver Pri, pero me sigue doliendo un poco que todos la vean perfecta, y también que todos me vean renegada, o que me vean horrible, es raro
- ¿Asique es eso todo lo que sentías con tu inseguridad?
- ¿Qué?
- lo de perder el apoyo de los más cercanos, el desagrado de los que querés, tenés miedo a quedarte sola
- No. Tengo miedo de no poder ayudar, de no poder sonreír, tengo miedo de vivir siendo infeliz
- ¿Y si querés ayudar por qué no querés recibir ayuda?
- ¡porque soy una carga para todos Vale! No quiero serlo... - comencé a llorar – todos tienen problemas, y yo no les voy a sumar los míos. Siento que mi misión en la vida es ayudar, y no quiero que la gente se sienta decepcionada de mí, o que se enojen, se aparten, y yo arruine mi "misión". La cosa es que arruino todo, todo lo que toco lo destruyo
- Solo te destruís a vos mi vida, tranquila
- Estoy rara, me siento bien, pero con una especie de angustia, no sé
- Es confianza, y es por vos, no por mí. Esta vez es en vos
- Pero estoy angustiada
- Es miedo, de cambiar, pero los cambios no siempre son malos. Lo nuevo, la fe, en vos, sos una persona, lo mereces
- Vale
- ¿Qué?
- Te quiero, confío en vos, y vos me ayudas a confiar en mi - abrazándola
- Yo más
- ¡¡Tres días!! – sujetando mis manos
- ¡¡¡Mis quince!!! – gritando alegremente
- Sí. Tengo una cita a las 20:00 Tania, asique, nos vemos después
- ¿una cita?
- Sí... tengo que hablar seriamente con mi novio – riendo
- Opa, Vale, alto levante – cargándola
- Hace 3 años que estamos juntos, se llama Federico
- Me alegro mucho, en serio... bueno, me voy – parándome – nos vemos – abriendo la puerta
- Adiós confianzuda alegre futura quinceañera
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LA MEJOR VERSION DE MI MISMA
Novela JuvenilLA MEJOR VERSION DE MI MISMA cuenta la historia de Tania Álvarez, una adolescente de catorce años que lucha con problemas alimenticios y autolesiones. Es internada, donde las cosas no le van muy bien hasta que conoce a Valeria Piermarini, una ayuda...