CAPÍTULO 7: "La Charla"

14 1 0
                                    

- Bueno... ¿cómo estás?

- Bueno... ¿Cuánta sinceridad querés en la respuesta?

- Tania, de verdad ¿Qué te pasa? ¿Por qué lo hiciste?

- Ok. No estoy bien, por algo estoy en rehabilitación ¿no? Le di mi cuaderno, se supone que sabe.

- Algo... pero no tu versión

- ¿vos me estas jodiendo? Lo escribí yo, fue mi versión lo que leíste

- No del todo. Quiero hablar, que me respondas lo que sentís, en el momento

- Ok. Preguntá

Se arrecostó en su silla y comenzó el interrogatorio que temía tener.

- ¿Cómo empezó?

- ¿Cómo empezó qué?

- Tu problemas ¿Cómo pensas que empezó? ¿Qué afectó a que estés mal?

- Está bien... arrancamos por... cuando... todo comenzó cuando mi papá metió su espermatozoide en el óvulo de mi mamá

- ¡Tania, esto es serio! Por favor, necesitas hablar, y yo necesito escucharte. Las dos queremos que estés bien.

- No me dejó seguir – poniendo mi mejor cara de desagrado posible – entonces nací. No tengo una trágica historia como los demás, mis papás ya tenían dos hijos. Mi hermana es lo que llaman perfección, desde niñas. Y mi hermano, simplemente se está por recibir de profesor de historia. Nunca tuve novio. Siempre fui usada, apartada, en mi primaria. Vos viste que soy mejor con las palabras cuando escribo, y es porque siempre tuve que quedarme callada, hasta el día de hoy nadie me valoró, ni se interesó realmente en cómo me sentía, o que tenía para decir. Actualmente sigo callándome, y me tenía que expresar en el cuaderno, o simplemente expresaba mis odios, rencores, penas, y demás en mí.

- Es decir en los cortes ¿no?

- No preguntes cosas que las dos sabemos

- Está bien... sigamos

- Yo ya terminé

- Entonces empiezo yo ¿Cuándo vomitaste por primera vez?

- ¿esto es necesario? Digo, saben que soy bulímica, me corto, y listo, arreglen y punto. No necesito volver a esto- los ojos brillaban cada vez más

- Si. Muy bien. Ahora respondé Tania. No te voy a juzgar por nada.

- Me estaba duchando

- ¿Cómo llegaste a hacer eso?

- Introduje mis dedos anteriormente, llegaba a las arcadas, y nada más. Esa vez lo logré. Tomé valentía recordando el dolor que sentía. Lo hice, luego lloré, pero sentí que funcionaría. En mi casa no recibía atención, por lo tanto cada vez que me iba a duchar llenaba mi estómago para luego vaciarlo. Tan difícil y fácil. Tan valiente y tan cobarde para aceptarme.

- Me gusta tu forma de hablar

- ¿a qué te referís?

- Tu sinceridad, y tu forma de expresar

- Supongo que es algo bueno. Gracias.

- ¿y tú primer corte?

- Me sentía con tanta furia que llevé un cuchillo cuando fui a ducharme. El resto es de suponerse.

- ¿qué sentiste?

- Desprecio

- ¿y dolor no?

- Solo después. Pero en el momento solo era desprecio y dolor de alma.

- Creo que por hoy terminamos.

- Sé que sueno fía. Pero con el tiempo aprendés a ocultar los sentimientos.

- Tania, tranquila. Ya te dije, no te voy a juzgar.

- Gracias.}te voy a ayudar ¿sí?

- ¿te puedo abrazar?

- Si mi vida – ese abrazo hizo que todo desapareciera, hizo que el desprecio y el dolor sean amor y comprensión.

- Ahora vas, y escribís como te sentís ¿sí? En tu cuaderno, con ese hermoso don del relato, ¿está bien? Sos hermosa, y tus palabras van a ser tu medio de expresión, no tu cuerpo. Andá chiqui, te quiero.

- Sí, gracias. Creo que yo también. – cuando Valeria quedó sola en su oficina, tomó su collar con el crucifijo, y lo besó.


LA MEJOR VERSION DE MI MISMADonde viven las historias. Descúbrelo ahora