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El día que Madison despertó me tomó totalmente desprevenido, y es que con el pasar de los días me había adaptado bastante al lugar. Ya me sentía a gusto y había cogido confianza con la mayoría de los habitantes de aquella granja.

Me hallaba hablando con Dale, el hombre de la autocaravana, y Daryl, el último hombre que se nos acercó en la carretera.

—Cuando están bien cocinadas y se omite el hecho de que es ardilla es bastante bueno.

—Tal vez si no fuera ardilla sería bastante bueno —le contestó Dale y se me fue inevitable no reír.

—¿Y qué quieres viejo? A mí también me gustaría un filete de vez en cuando.

—Y lamentablemente la ardilla es lo más cercano a eso en éstos días —comenté, Daryl me señaló antes de volver su mirada a Dale, quien negando volvió su mirada al bosque a lo lejos.

—¿Y? —habló observándome. Enarqué las cejas con confusión—; ¿Que tal la chica?

—Se llama Madison —le avisó Dale en la misma posición que antes. Apreté los labios negando.

—No ha presentado mejoras ni nada, solo continúa inconsciente.

—¿Y Hershel que te ha dicho?

Observé la casa a unos metros de nosotros y me encogí de hombros.

—Que tengo que tener fe —contesté.

—Lo mismo decían de Sophia, pero un día llegó por si sola convertida en un caminante.

—Daryl —lo regañó Rick, acercándose a nosotros. El cazador se encogió de hombros.

—Es una posibilidad —se apresuró a decir.

—No importa, Madison diría lo mismo —comenté levantándome, y limpiando mis manos en mis pantalones entré a la casa.

En los días que llevábamos en la granja de los Greene se me había hecho costumbre ir a visitarla cada día entre horas, por lo que Hershel me había dicho que solo entrara, que no había problema con eso. Así que caminando a través del pasillo me detuve frente a la puerta de la habitación en que Madison ha estado estos días, notando como ésta se hallaba entreabierta. Así que simplemente la empujé, por lo que me tomó por sorpresa el ver a Madison sentada sobre la cama mientras Hershel terminaba de envolverle parte del muslo con una venda.

Observé sus piernas durante unos segundos y luego subí por su torso hasta su rostro y fué ahí; cuando la vi apretando los labios que dejé escapar el aire que contenían mis pulmones dándome cuenta de que había estado aguantando la respiración todo ese tiempo. Y sonreí, gozando de la mirada que me entregó, y cuando Hershel me observó me sentí preparado para acercarme.

Madison bajó la mirada un segundo para observar como el anciano asentía y le dedicaba una sonrisa.

—Iré a buscar unos analgésicos.  Intenta no moverte mucho —Madison asintió—. Te lo dije —le sonreí cuando me dijo aquellas palabras y cuando abandonó la habitación volví mi mirada a Madison.

—¿Como estás? —le pregunté, sin embargo ella no respondió, solo se mantuvo expectante con las cejas en alto y los labios levemente curvados en una sonrisa—. ¿Que? —ella negó bajando la mirada. Me reí, y antes de que pudiera elevar la mirada me acerqué a ella y la abracé—. Gracias por no morir.

Se rió, y me sentí más tranquilo al alejarme.

—Hershel dijo que golpeaste a Shane —enfatizó la última palabra. Me encogí de hombros—, ¿Por qué?

Ojitos » Glenn Rhee [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora