14

3.6K 293 61
                                    

 Había perdido la noción del tiempo. No sabía si había transcurrido tan solo algunos minutos o unas horas, y es que dentro de mi mente solo estaba la preocupación por el bienestar de Madison aumentando cada vez más.

Cuando detuve la camioneta en la carretera y todos bajaron de ella para recibir a aquellos que estaban en la autocaravana me mantuve en mí lugar. Inerte. Con la cabeza apoyada en el volante, queriendo conservar la esperanza pero, al mismo tiempo progresar. Y es que era inevitable que pensamientos negativos invadieran mi mente.

Quizás murió.

Quizás la mordieron.

Quizás ahora mismo sea un caminante.

Y de esa misma manera, aunque me doliera, sabía que si aquello fuese cierto debía continuar luchando. Como ella me había enseñado. Debía mantenerla viva; viviendo yo aquello que ella no pudo.

Tras un largo tiempo acabé soltando un suspiro y apreté el volante entre mis manos al comenzar a percibir con mayor intensidad las voces de los miembros del grupo.

—Solo dile —Daryl fue la ultima voz que oí antes de que un golpeteo en la ventana me obligaran a elevar la mirada.

Presionando los labios extendí mi mano para bajar el vidrio. Rick se inclinó en mi dirección y observándome habló:

—Pasaremos la noche aquí —asentí, creyendo que con eso se alejaría, pero volvió a hablar—. También quiero verlos Glenn, pero si no están aquí para mañana al amanecer tendremos que irnos.

Supongo que una cosa es pensar cómo actuar y la otra es realmente actuar de esa manera. Y de aquella forma no fui capaz de responder algo en concreto y simplemente, con un nudo en la garganta asentí sin apartar mi mirada de los ojos de Rick que me analizaban con atención.

Luego de un momento él acabó soltando un suspiro, y tras darle una palmada al vehículo se alejó y al menos por unos segundos creí que estaba nuevamente solo. Sin embargo Daryl acabó con aquella idea introduciéndose a la camioneta y dejándose caer en el asiento del copiloto.

—¿Cómo estás? —me preguntó sorprendiéndome enormemente. Pues aquello me lo esperaría de cualquier miembro del grupo a excepción de él.

—No lo sé —le conteste sin más porque, ciertamente no tenía la mas mínima idea de como me sentía exactamente.

—Eso es malo chino.

Lo observé con las cejas en alto. El castaño se cubría el rostro con las manos manteniendo la cabeza apoyada en el asiento.

—Soy coreano.

—Lo que sea —me respondió, y aunque no me molestaba aquello, pues francamente ya estaba acostumbrado, en cuánto hice el amago de responder logré ver a través de la ventana como Shane le gritaba a Rick, y fue aquello lo que me distrajo.

Con el ceño fruncido observé de reojo a Daryl para luego abandonar el vehículo y acercarme prudentemente a la escena.

—¡Ahora que ya no estamos en la granja deberíamos tomar las medidas necesarias! —exclamó sin alejar su mirada de Rick, quién parecía irritado—. No lo sé Rick, creo que deberías comenzar a tomar las cosas en serio.

—¿De qué hablas? Siempre me he tomado las cosas en serio.

—¡Por favor! Creo que todos sabemos que aquello no es cierto Rick —se cogió el rostro, como si aquello realmente le preocupara, para luego gritarle nuevamente—; ¡Hiciste todo mal desde que permitiste que esa niñata y el chino se unieran al grupo!

—¿Quieres decirme de una vez cual es el jodido problema que tienes con nosotros? —exclamé con rabia acercándome amenazante a él.

—Dímelo tú; eres tú quién a llegado para arruinar todo.

—¡Jamás te dimos siquiera una razón para que nos odiaras!¡No tiene sentido que lo hagas!

—¡No tienes idea de nada Glenn! No sabes en lo absoluto realmente como es sobrevivir; no sabes lo que es proteger a los tuyos. Madison sabía algo al respecto pero pareciera que te impedía aprenderlo tú; quizás es bueno el que haya muerto ¿no? Así quizás abras los ojos a la realidad.

Y aunque Rick me cogió el brazo me zafe de su agarre y apretando los puños me acerqué unos pasos para poder golpear. No obstante, antes de poder hacerlo un grave bocinazo me interrumpió, y cuando me giré en la dirección proveniente de aquél sonido me encontré con un gran camión militar, del que para mi sorpresa, luego de varios segundos y el que varias armas se elevaran bajó la primera persona.

—Tenemos nuevo transporte y una nueva misión —avisó Madison con las manos en alto y los labios curvados en una simple sonrisa.

Y aunque la situación continuaba tensa me encaminé hacia ella con tranquilidad y con satisfacción la envolví en un abrazo. Queriendo que ese momento jamás acabara. Porque si bien había comprendido que también debía aprender a —realmente— sobrevivir sólo, continuaba teniéndola a ella.

Cuando nos separamos me dio una sonrisa, y comenzó a caminar hacia Rick, quien notablemente confundido observaba como poco a poco comenzaban a bajar personas de aquél vehículo; entre ellos la sonriente familia Greene.

No quise ser imprudente así que me mantuve en mi posición hasta que Madison y Rick pasaron por mi lado, y fue Madison quien cogió mi antebrazo y me guió junto al líder unos metros más allá, donde un hombre bastante alto de cabello naranja y uniforme de militar se hallaba junto a una chica de rasgos latinos y un hombre de cabello largo notablemente asustado.

—El te explicará —Madison le habló a Rick, y en cuando él de cabello naranjo; quién se presentó como Abraham, comenzó a hablar, Madison me cogió la mano y me alejó del grupo.

—¿Qué planean? —le pregunté, sin embargo no me contestó; solo se limitó a coger mi rostro y besar con profundidad mis labios, dejándome sin aire.

—Eugene sabe como acabar con esto —me dijo con los ojos llenos de ilusión.

—¿Es eso posible? —le pregunté cogiendo sus manos. Ella asintió y volvió a abrazarme.

—Pero pase lo que pase agradezco cada día al mundo por haberme, aunque haya sido a través de esta mierda, dejado conocerte.

Sonreí acariciando su espalda y deposité un beso en su cabello.

—¿Como los hallaron? —le pregunté, porque realmente me preguntaba como en tan poco tiempo hubiera hallado a tales personas.

—Solo corrimos —respondió con simpleza—, francamente ellos nos hallaron a nosotros; entonces nos explicaron su misión y nos pidieron ayuda, y le dije que lo haría; al menos yo, sólo si es que me traía a ustedes.

—¿Y si el resto del grupo no lo quiere?

Se separó de mí, y encogiéndose de hombros sonrió.

—Le prometí que lo haría; y aunque estemos en esta situación cumpliré mi promesa.

La observé, expectante. Sus ojos brillaban y el potente color azul de su mirada me envolvía de una manera que me provocaba, de alguna forma, no querer alejarme jamás de ella.

—Entonces, iré contigo —le dije, y cuando su sonrisa creció un poco más juntos nos acercamos al grupo, donde ya todos se hallaban hablando del tema junto a Abraham; la latina y Eugene.

El debate era bastante claro, algunos no querían ir; ya fuese porque se sentían inseguros o simplemente porque no creían lo prometido. Mientras que la otra parte intentaba convencerlos.

Sin embargo, finalmente, luego de varios minutos transcurridos, entre opiniones completamente válidas y otras en exceso incoherentes; el asunto quedó, en que todos irían, pero, si en el camino ocurría algún inconveniente quién quisiera podría irse y nadie podría obligarlo a continuar. 

Ojitos » Glenn Rhee [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora