Capítulo 11. Celos.

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Baekhyun está sentado sobre un sillón oscuro y de cuero. La discusión que no logra comprender le llega a molestar ¿por qué algunos japoneses tenían que tener la voz tan chillona? Aquella mujer, que discute con Chanyeol sobre algunos trámites (que según el alto le había mencionado) parece casi salirse de sus casillas cuando Chanyeol niega con la cabeza y en voz baja, dice algo en japonés.

El sonido de unos tacones chocando contra el vitro suena con fuerza, luego da un portazo aquella mujer. El alto suelta un suspiro con cierta pesadez, y Baekhyun lo mira algo curioso. Byun no quiere ser ninguna molestia, sin embargo, siente demasiada curiosidad y se le escapa una pregunta.

— ¿Los negocios van mal? —Cuestiona el castaño, Chanyeol se soba las sienes.

— No... sólo que involucrarnos con su empresa nos traería problemas.

Y no pregunta más. El silencio se le ha estado haciendo costumbre desde aquel día, cuando Chanyeol fue a su departamento y le presentó aquella propuesta. Lo habían hecho, se habían terminado acostando en su habitación, y a pesar de los sentimientos confusos de ambos, del temor de lo que podría pasar, lo disfrutaron, porque se extrañaban mutuamente.

Pero a pesar de todo, lo doloroso vino después para Baekhyun. Chanyeol se había levantado de la cama como si no quisiera hacerlo, como si fuera a la fuerza, y se vistió. El prostituto lo miraba aún acostado sin comprender, hasta que habló y su poca dignidad dolió.

— ¿Con esto basta? —Preguntó el alto, sacando unos cuantos billetes de su cartera para dejarlos sobre el colchón—. No sé cuánto cobra una prostituta...

Y Baekhyun se tragó su orgullo.

— Con eso está bien... —Respondió, tragándose cada una de las lágrimas que amenazaban con salir, hasta que lo vio pasar de la puerta, y ahí, solo en su habitación y desnudo, se echó a llorar.

Tampoco era como si Chanyeol se hubiera convertido en un hombre como Kris, simplemente, se había vuelto más distante y callado. Sólo ha transcurrido una semana, en la que Baekhyun conoció la empresa, incluso la casa de Park. ¿Se estaban distanciando o se estaban acercando un poco más?

Chanyeol se levanta de su escritorio y se retira su saco negro, dejándose solo la corbata y el pantalón formal.

— ¿Quieres ir a mi casa? —Baekhyun asiente con la cabeza.

La gente que trabaja para los Park es algo distinta a los que trabajan para Yifan. El prostituto llegó a pensar que tendría una batalla eterna con la secretaria de Chanyeol. Gran error. Era una señora de alrededor de 35 años, amable y que no se metía para nada en los asuntos de Baekhyun. En cambio, le sonreía con amabilidad.

Baekhyun y Chanyeol están llegando al ascensor, y antes de que el alto oprimiera el botón, las puertas se abren. Hay un chico de cabello castaño claro y bastante guapo, pero lo que desconcentra a Baekhyun, es por qué este chico desconocido se lanza en los brazos de Chanyeol y este lo coge con asombro, pero con una sonrisa.

— ¡Quería darte una maldita sorpresa y tú sales de la nada!

— ¿Y yo cómo iba a saber que vendrías? ¡Ni siquiera estabas en Corea! —Dice Chanyeol, apartando al chico. Baekhyun no comprende nada, solo se limita a observar—. Oh, Luhan, él es Baekhyun, mi amigo —. Los presenta el alto. Baekhyun desea vomitar cuando escucha la palabra "amigo", no eran nada, pero tampoco eso. Sin embargo, sonríe por cortesía.

— Mucho gusto—. Saluda Luhan, devolviéndole la sonrisa.

Mal tercio. Así es como se siente Baekhyun en ese preciso momento. Está tan excluido de la conversación que solo mira sus pies mientras espera bajar del ascensor. Solo le queda escuchar sus risas, sus "Te extrañé tanto" y... quedarse callado.

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