Capítulo 10. Dueño.

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Está más que claro que llorar no soluciona nada, en realidad, te hace ver todo de una manera más patética. Pero han sido tres días sin saber nada de Chanyeol, creo que han sido más de 16 llamadas las que he realizado hacia su número telefónico, en las cuales 12 rechazó rápidamente, y las restantes solo dejó su celular sonar.

Soy consciente de que debí ser sincero desde el momento en que nos besamos por primera vez en esa discoteca, pero... no pude. Con él, me sentí humano y no sólo un juguete sexual, me sentía vivo con sus besos y sus palabras. Y a pesar de que no fuera muy demostrativo, Chanyeol sabía que lo quería.

Pero ahora todo está roto. Las lágrimas vuelven a salir y el pecho me duele. Me levanto de la cama y me miro en el espejo. Tengo ojeras y la piel más pálida de lo normal, y por si fuera poco, mis ojos se ven como dos rendijas de lo hinchados que están.

Aquel día, cuando Chanyeol me vio besándome con Yifan, corrí detrás de él luego de pensarlo, con la esperanza de poder hablar aunque fuera un poco. Pero me arrepentí de hacer eso. Cuando alguien se enamora, debe conocer cada parte de esa persona especial, no importa si es buena o mala (o que tan oscura sea). Pero Chanyeol ese día no quiso escucharme, por más lágrimas que resbalaran por mis mejillas, por más que gritara su nombre, el me abandonó cuando subió a su coche y no se tentó el corazón para al menos escucharme.

Salgo de mi habitación y me encuentro con Jongin y Kyungsoo sentados en el comedor, quienes al momento de verme guardan silencio.

— Oye, Baekhyun, he traído algo de pastel de chocolate, ¿quieres comer una rebanada? —Me dice Jongin con cierta amabilidad en su voz.

— ¿Y qué tiene de relleno? ¿Tu semen? —Le respondo, Kyungsoo frunce el ceño.

— Tampoco hay necesidad de que seas grosero, Baekhyun.

— Sabes que él nunca es amable conmigo, ¿acaso me tienen lástima? No me hagan reír.

Y el silencio vuelve. Me siento en el comedor, justo enfrente de Jongin y a un lado de Kyungsoo, suelto un leve suspiro, creo que después de todo me pasé de la raya. En la mesa, hay un pastel de chocolate que ya está cortado, junto con pequeños platos. Cojo uno y se lo paso a Jongin, él me mira curioso.

— No mucho, por favor—. Le pido yo, el moreno me sonríe.

— ¿Te sientes mejor, Baekhyun? —Cuestiona Kyungsoo. La verdad, no sé cómo responder a esa pregunta. Me siento de la mierda, pero no quiero preocuparlo más. Jongin me regresa el plato con una porción pequeña.

— Su trabajo... —Comienza hablar el moreno, algo titubeante— tal vez no sea el mejor, ni tampoco el más honrado para ser sinceros, pero ese chico Chanyeol debe comprender que a eso te dedicas por necesidad, ya que no puedes conseguir un trabajo un poco más normal.

— El problema, Jongin, es que Chanyeol no sabía que era un jodido prostituto.

— ¿No se lo dijiste? —Pregunta Jongin, yo niego con la cabeza—. Debe pensar que sólo lo usaste por diversión, Baekhyun.

— Pero él no era ningún juguete para mí—.Le respondo, Jongin me mira por unos segundos y saca su teléfono celular, mandando lo que parece ser un mensaje.

— Involucraron sentimientos, y él ciegamente pensó que le eras fiel en todos los ámbitos —El moreno deja su celular sobre la mesa y me mira a los ojos—. Y lo sé, no había una relación formal, pero no puedes andar por la vida diciendo "te quiero", mientras te acuestas con otros. Deben hablarlo y llegar a algo.

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