Capitulo 35

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ATENAS- GRECIA

POV CHRISTIAN

Habíamos aterrizado hacía menos de 10 minutos cuando un auto comenzó a alejarnos de Atenas, para llevarnos hasta Barceló Hydra Beach Resort y la verdad es que el lugar y la habitación son un sueño, pero Ana y yo estamos cansados por lo que decidimos acostarnos a dormir y reponernos para poder disfrutar de nuestra luna de miel.

Hemos estado disfrutando de muchos lugares y paseos con mi amada esposa. Hemos agarrado un poco del sol y los ojos de Ana brillan mucho más ahora con su dorado. Conocimos muchos mercados y lugares donde comimos delicioso y esta noche, he decidido que nos suban la cena, he pedido velas, champagne y rosas rojas... le he dicho a Ana que me diera algo de tiempo para prepararle esta sorpresa y mi esposa me ha dicho que si... que le gustan mucho mis sorpresas y espero que las de esta noche también le gusten mucho.

Cuando estaba todo listo la llame y antes de que entrara le vende los ojos

-Ten cuidado... no quiero que te golpees

-Estoy ansiosa... huele delicioso

-Me alegro- tomo su mano y hago que se siente y le quito la venda

-Guau Christian- me dice ni bien todo lo que le he preparado- esto es muy romántico... gracias mi amor- me dice mientras me mira y me besa

-Tengo muchas cosas preparadas, así que comamos ¿de acuerdo?- lo hacemos mientras me dice que ya tiene todos los regalos para nuestras familias y luego de concluir la cena, me la llevo a la cama donde están las dos batas que nos colocamos sin mirarnos y quedándonos solo con nuestra ropa interior. Tomo un cuenco donde hay frutillas y otro con un poco de crema y me acomodo a su lado y compartimos el postre. Me encanta mirar a Ana cuando come, se ve muy sexy.

-¿Qué tanto miras?

-Eres muy sexy comiendo señora Grey- ella me sonríe y se sonroja y yo la beso, de forma apasionada. Es un beso extenso, tanto que casi nos quedamos sin respiración. Vuelvo a mirarla a los ojos y tomo una pequeña cajita negra con una cinta y un precioso moño blanco que le entrego- ábrela- Ana me mira y luego de forma muy lenta abre el regalo y me mira. Dentro hay llaves

-¿Y esto?

-Son las llaves de nuestra nueva casa... no viviremos en el Escala, por nada del mundo voy a vender ese lugar, pero quiero que tengamos nuestra propia casa, cerca de la bahía y hace no mucho descubrí una perfecta para nosotros. Elliot la estaba refaccionando y bueno, ya está lista, así que cuando volvamos a Seattle nos vamos para allá directamente

-¿Me estás haciendo una broma?- dice con una sonrisa que abarca todo su hermoso rostro y comienza a dar saltos en la cama - ¿una casa? ¿Cerca de la bahía? Por dios... impensado

-¿Y porque impensado Sra. Grey? El Escala no es un buen lugar para una familia ¿no le parece?- Ana se queda muy quieta y me mira

-¿Estás hablando de...?

-No ahora, pero sí en un futuro Ana... ¿acaso no quieres tener hijos conmigo?

-¡¡¡Claro que quiero!!!- me dice mientras me besa. Tomo entonces el cuenco con fresas y le doy una en sus dulces labios.

-Bien, ahora el tema no tan agradable- digo soltando la fruta y Ana la toma y la termina- escucha, esto es bien difícil para mí... John me ha dicho que intentara dejar que me toques a ver qué es lo que yo siento en ese momento y de esa forma trabajar sobre algo. La verdad es esta... ME ASUSTA MUCHO, porque nunca, pero de verdad que nunca he dejado que alguien me toque ahí... ni siquiera mi madre... pero ahora que eres mi esposa, que aún con toda mi mierda me amas y estas a mi lado, quiero que lo intentes- abro mi camisa, y la miro

Ana está con los ojos abiertos, muy abiertos

-Christian no es necesario si no estás seguro

-Nunca lo voy a estar amor, porque es algo que cargo desde hace 23 años... por favor Ana... tócame

Veo la indecisión en sus hermosos ojos azules, pero luego se acerca un poco y abre su mano. Respiro muy mal y cierro los ojos. Siento sus labios en los míos y eso hace que me relaje un poco. No me creo capaz de poder hacerlo cuando de repente siento su mano en mi pecho y abro de golpe los ojos. Los de Ana siguen cerrados y sus labios siguen en los míos y entonces lo siento, un calor pero que no quema, una calidez inesperada para mí. ¿Qué es todo esto? Las manos de Ana se apoyan en mis hombros y luego vuelven a descender. Siento sus manos en mi espalda, en mi pecho, en mi rostro, pero no duele, no asusta, todo lo contrario, siento como si sus caricias borraran mi dolor, ese que me acompaña desde hace tanto tiempo y entonces las lágrimas contenidas se escapan de mis ojos y la abrazo y la beso...

-oh Ana... solo tú podías hacer algo así, solo tú podías poner calor humano en mis heridas, mi amor, mi amor... te amo tanto

-Christian- me responde entre lágrimas ella también- te amo como no puedes imaginarlo.

Sus manos me abrazan muy fuerte y yo hago lo mismo. Me aferro a ella como una tabla en el mar. Su amor me salva, me contiene, me hace fuerte, me hace débil, me hace feliz. Y ahora ella es mía para siempre. Es mi esposa, mi mujer, mi amiga, mi amante... es MI ANA

Ahora sé que nunca más podría separarme de ella... ella es mi amor, la que me cuida, la que me cura, la que me salva, la que pone luz en mis sombras. Los días restantes que nos quedan, su amor, cura mis cicatrices, tanto así que ya no tengo miedo de que me toque, ella, no sé si pueda permitir que alguien más lo haga, pero Ana, Ana podrá hacerlo siempre.

Cuando finalmente llegamos a Seattle nos vamos directamente a la casa de la bahía y Ana se queda totalmente asombrada cuando la ve. Es una casa grande, con cuatro habitaciones y una suite, nuestra suite con baño privado. Hay un comedor, living, una pequeña recepción, área de vigilancia, cocina y un enorme patio y la vista no puede ser más perfecta. La tomo entre mis brazos antes de cruzar la puerta y Ana grita por la sorpresa

-Esto es increíble, es la casa más hermosa de todo el mundo- me dice antes de besarme. Nos acomodamos en el sillón mientras Taylor se encarga de las valijas, hemos traído a Grecia en ellas, Ana no ha podido dejar de elegir cosas y ¿Quién soy yo para negarle algo a mi hermosa esposa?

-Me alegro que te guste nuestra casa señora Grey

-Es perfecta... ¿Cuántos cuartos tiene?

-Sin contar el nuestro, cuatro- Ana me mira con los ojos brilloso- ¿quieres llenarlos a todos? Porque si es así, tendremos que comenzar a escribir a París muy pronto señora Grey- Ana ríe a carcajadas

-¡¡¡Sí!!! Quiero llenarlos a todos- me la coloco al hombro mientras subo las escaleras hasta nuestro cuarto


"Quiero mas..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora