Capitulo 41

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EN LA CASA DE ELENA LINCOLN

-¿Y no sabe cuándo va a volver?- le preguntó Leila a una de las empleadas de Elena

-Aviso que tardaría un poco más de lo normal... otras dos semanas, al parecer hubo algunos inconvenientes

-¿Puede decirle que me llame por favor?

-Claro, cuando vuelva del mercado le hablo y le hago su pedido

-Gracias

Leila se sentía confundida, Elena le había dicho que juntas irían al baile de máscaras que Grace Grey organizaba y ahí vería a Christian... y ahora resulta que no regresaría a tiempo. Se sentó confundida, ¿para qué diablos le había hecho caso y le siguió el juego? Era verdad que tenía un lugar donde dormir y comida pero eso de nada le aliviaba el dolor de su pérdida. Primero su amo Christian que era incapaz según él de darle flores y corazones y luego ese accidente y su inexplicable muerte... y ahora aquí encerrada y sin poder decidir qué hacer y que no... estaba muy frustrada

-Un dólar por tus pensamientos- la voz la sacó de sus pensamientos, era Isaac. Se había acostumbrado a su presencia en la casa esta última semana y hasta le parecía simpático además de atractivo

-Solo estoy confundida...

-¿Y eso porque?

-Porque la señora me prometió algo y ahora no regresa y yo estaba expectante por esa promesa

-¿Qué promesa te hizo?

-Que iba a llevarme al baile de máscaras de la señora Grey- Isaac suspiró y puso los ojos en blancos. No se extrañaba de aquello. Sabía de la obsesión de Elena con Christian... había dicho varias veces su nombre en el cuarto de juegos e incluso en la cama de su habitación estando juntos. Y aunque fue al comienzo, a veces eso volvía a ocurrir y lo ponía furioso

-¿Y tú también estas obsesionada con ese Christian Grey?

-¿Obsesionada? ¿De qué hablas?

-¿Vas a decirme que no quieres ir a esa fiesta para verlo? ¿Qué es lo que el maldito imbécil tiene para tenerlas así de tontas?- dijo parándose

-Lo siento no quería que te enojaras

-Dime, quiero saber ¿Qué tiene de fascinante? ¿Es acaso el dinero, el apellido? ¿Acaso cuando te tenía atada a la cruz y te castigaba te parecía fascinante como lo hacía eh?

-Isaac lo siento, no quiero que estés molesto

-Porque Christian esto, porque Christian aquello... ¡¡No sé para qué demonios sigo aquí!!- Leila se vio sobre pasada por los gritos de Isaac y salió corriendo a su cuarto y cerró con llave. Segundos después escuchó golpes en la puerta

-Leila lo siento, no quise gritar de esa forma, tú no tienes la culpa de nada, por favor ,abre ¿de acuerdo?

Pero Leila no le abrió y tampoco fue a cenar a pesar de la insistencia de Isaac, cuando el amo se enojaba así... ella sabía que habría castigo y eso no le gustaba mucho. Una cosa era castigo placentero y otro el que dolía y ella recordaba uno en particular con el amo Christian, uno donde mencionó a una tal Ella... nunca supo quién era, si una sumisa o una mujer que le había roto el corazón y ella pagaba las consecuencias. Cuando abrió la puerta de su cuarto todas las luces estaban apagadas y bajo sigilosamente las escaleras hasta la cocina, abrió la heladera y tomo un poco de pollo y lo calentó en el microondas y se hizo un sándwich que acompaño poco a poco con gaseosa, tenía que comer lento porque si no comenzarían los dolores insoportables. El médico se lo había dicho, sus nervios terminaban en su estómago por eso debía mantenerse tranquila, lo más tranquila posible.

-Siento que por mi culpa te hayas saltado la cena- dijo una voz, ella saltó por el susto y vio a Isaac con cara de preocupado, pero no dijo nada- Leila, lo siento de verdad, tú no tienes la culpa de todo eso, es algo mío y de Elena ¿de acuerdo? Solo que hay cosas que me molestan y mucho. ¿Puedo preguntarte algo?

-Si...

-¿Para qué quieres ver a Christian Grey? ¿Acaso no sabes que esta de novio y con planes de casamiento?- a Leila se le cayó el sándwich al piso al oír eso

-¡¡¡Eso es mentira, él no puede... él dijo... dijo que no... que el amor era para los bobos, que él nunca le daría flores y corazones a nadie... EL LO DIJO... me lo dijo miles de veces!!!- Isaac la miró incrédulo

-¿Acaso te enamoraste de tu dominante Leila?

-¿¿Qué demonios te importa?? EL DIJO QUE NO CREIA EN EL AMOR. Tú me estás mintiendo,

-Leila, están viviendo juntos, él compro una casa y se mudaron juntos ... todo Seattle rumora que ya falta nada para que se casen- Leila arrojo el plato

-¡¡¡Mentira, mentira, mentira!!!- Isaac corrió a su lado y la abrazó para tratar de tranquilizarla. Y Leila comenzó a llorar de forma violenta. Pero Isaac no dejo de abrazarla...

-Tranquila... tranquila- Leila comenzó a deslizarse por sus brazos y él la alzó y la llevo a su cuarto y suavemente la coloco sobre la cama y se sentó a su lado- ¿quieres un poco de agua?

-No- le respondió mientras se incorporaba- quiero estar sola

-Hey... yo sé lo que es eso Leila

-¿Qué cosa?

-Querer a alguien que quiere a otra persona... y sé que hago mal al quedarme... quizás lo mejor sea dejar a Elena

-¿Por qué?

-¿Qué sentido tiene quedarse cuando ella está preocupada por recuperar a Christian Grey? Y está tan ciega que piensa que lo hará... y lo que es peor... te está usando a ti para su propósito y tú estás tan necesitada que inteligente como eres, no lo ves... esto, a la larga te lastimará más. Te lo puedo asegurar...lo vi en el periódico, él está enamorado de esa tal Anastasia... y no va dejarla ni por ti ni por Elena...

-¡¿Y qué quieres que haga?! No tengo a nadie, no tengo donde ir... esto que me preguntaste- le dice mientras levanta el brazo con el vendaje- fue la única salida que encontré, pero con tanta mala suerte que me encontraron rápido y me salvaron... no tengo a nadie a quien le importo... ¿Qué me dices a eso?

-Pues si yo me voy, podrías venir conmigo...

-¿Contigo? ¿Acaso estás loco? Elena nos mataría

-Si nos encuentra primero, además tendrías que pasar sobre unas cuantas personas antes de hacerlo... yo también tengo a quien me cuide...

-Isaac... no lo entiendo... ¿Por qué?

-Porque creo que al igual que mucha gente... me he tropezado con alguien que me gusta y con la que quiero intentar ser feliz- sus ojos se encontraron y Leila entendió que era más que atractivo, él de verdad se preocupaba por ella y entonces dejo de temer. Su primer beso fue suave, y la pasión contenida por los dos, se desató aquella noche entre esas cuatro paredes. Donde sus nombres al llegar al orgasmo le dieron la pauta de que aquello tan loco e imposible de pensar... podría ser.


"Quiero mas..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora