Capitulo 90

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-Esto para mi es... difícil. No he encontrado la manera de hacerlas entender lo importante que ambas son para mí. No tengo las palabras justas para decirles lo que significan, o que sin ustedes mi mundo estaría incompleto. No quiero que sientan celos la una de la otra. Ambas son irremplazables para mí. Hoy puedo llegar a decir cosas que las lastimen. Pero necesito que entiendan que no puedo elegir... que ambas son mis mamás. Que las quiero. Que las necesito... que ya no puedo imaginar mi vida sin ninguna. Y quiero que las dos escuchen sus respuestas a mis preguntas y que se traten de poner en el lugar de la otra y en el mío también. Ella...hay cosas dolorosas, muy dolorosas que no sabes, que solo las saben Ana y Grace. Cosas de las que no estoy para nada orgulloso. Pero que son mi pasado, y que con dolor me han hecho llegar hasta la felicidad maravillosa que tengo hoy en día.

Doy un suspiro

-Todos los recuerdos que tenía hasta hace poco de ti eran dolorosos y tenebrosos. Tenía sueños, recuerdos donde te veía en ese sillón mugroso, con tu pipa de crack, sentada cerca de mí. Lo veía a él, con sus botas, su cinturón y esos putos cigarrillos con los que me quemaba

Ella llora y ahoga un sollozo

-Te dejaste seducir, te ¿enamoraste? de ese hijo de puta que no solo marcó mi piel sino mis primeros años de vida. Todo eso pasó, no lo podemos negar ni tú ni yo. Y eso me dejo roto, dolido... y cuando te creí muerta... me quede sin voz. Por culpa de ese hijo de puta yo no deje que nadie más me tocara. Me alejé de mi familia, esos que desde los cuatro me habían recibido en su casa. Ellos aguantaron mis gritos, mis pesadillas, mi fobia al contacto y aun así estuvieron a mi lado. Por él, creí que no merecía ser amado y eso me llevo por un camino oscuro. Oscuro y doloroso. Tenía tanta rabia acumulada en mí que lastimé a la persona que me amaba y a la que yo amaba sin saberlo, sin asumirlo

-¿Ana?- me pregunta entre lágrimas Ella

-Sí, Ana... que llegó para poner mi mundo al revés, para demostrarme que no a todas las mujeres podía mandarlas y que ellas me obedecerían sin preguntar nada. Tenía 15 cuando entré en un mundo de sombras... cuando conocí a Elena Lincoln y tuve mis primeros encuentros con el sexo...- veo como mamá baja la mirada

-¿Quién era esa Elena? ¿Una compañera del colegio?

-No, Elena era mi mejor amiga- le responde mamá y Ella la mira con los ojos abiertos

-¿Tu... amiga...? Pero entonces...

-Elena me doblaba en edad si es lo que preguntas...

-¿Acaso estabas loco?

-No, tenía las hormonas alteradas, no podía estar con ninguna chica de mi edad porque no soportaba que me tocaran y ¿Qué le diría cuando me preguntara por mis cicatrices? <ah, oh, ¿esto? Cigarrillos que el novio de mi mamá apagaba en mi porque no encontraba su cenicero>- digo de forma brusca y Ella cambia su expresión

-Tenia rabia, ya me habían expulsado de 2 colegios, creía que Grace y Carrick se iban a cansar de mí y me iban a devolver a donde fuera que había salido. Entonces mamá me dijo que Elena necesitaba un ayudante, alguien que pudiera levantar los escombros que habían quedado en su patio por las reformas que habían hecho en su casa. Que me iba a pagar y yo vi en eso la oportunidad de tener dinero para seguir con mi adicción secreta: el bourbon. Y le dije que sí. Iba luego del colegio... una tarde ella vino con limonada, hacía un calor del demonio. Me preguntó cómo iba en el colegio y creo que le dije algo irónico. Ella me dio una cachetada y luego me beso. Y eso me sorprendió. Con Elliot siempre dijimos que Elena era una mujer interesante y hermosa.

&quot;Quiero mas...&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora