"Quiero mas..."

Capitulo 44

-¿Qué ocurrió?

-Welch va a averiguar y luego te cuento ¿de acuerdo?

-De acuerdo... trata de dormir

-Si- cierro los ojos y como siempre todo es negro... y entonces él aparece con ese cinturón, con los cigarrillos y con ese olor asqueroso de borracho y me mira y se sonríe y yo corro hacia él y lo golpeo, lo golpeo sin parar... no puedo respirar pero quiero matarlo, quiero que no vuelva a levantarse.... Él me mira con lágrimas en los ojos ¿me estas jodiendo?

-Christian detente- me grita

-¿Qué me detenga, que me detenga, acaso tú lo hacías cuando yo gritaba mientras me quemabas maldito hijo de puta? ¿Te detenías?- le pregunto mientras lo pateo

-Christian por favor

-¡¡¡Quiero que te mueras, que te mueras!!!

-Mi amor, detente- abro los ojos y veo a Ana cerca de mí con lágrimas en los ojos. Ella se acerca y me abraza- shhhh tranquilo mi vida, tranquilo- la abrazo muy fuerte, su calor me da consuelo

-Nena, estás aquí

-Sí, aquí estoy y aquí me voy a quedar, solo fue una pesadilla- no puedo apartarme de ella. Siento que solo Ana me da la tranquilidad que yo necesito, me acomodo en su pecho y duermo un poco más. Cerca de las seis me levanto y me doy una ducha rápida, no quiero despertar a Ana tan temprano. Llamo a Rose y digo que no voy a ir a la oficina, que no hay reuniones y que solo iré en los próximos días si surge algo importante. Voy a esperar hasta el día después de la fiesta para hablar con mi mamá. Quiero saber qué demonios fue a hacer a Detroit. Gail está recién levantada y se asusta al verme

-Señor...

-Hola Gail... ¿me das una taza de té de tilo? Necesito tranquilizarme

-Claro, enseguida- bebo poco a poco el té mientras trato de mantenerme calmo, no quiero doctores ni nada parecido por cerca de casa. Ana sigue dormida cuando entro al cuarto y reviso nuestra ropa para la fiesta del hospital, mañana en la noche la casa de mis padres será un gran lio pero me pone feliz poder ayudar a personas menos afortunadas que yo. Porque ahora que lo pienso, tuve mucha suerte en cruzarme con Grace Trevelyan en mi vida. ¿Sin ella que hubiera sido de mí?

Me doy vuelta y miro a mi esposa... como me gustaría poder dormir de esa manera. Regreso al estudio y comienzo a mirar algunas cosas del trabajo pero no puedo concentrarme, saber que mi madre estuvo en Detroit y no saber para que me está poniendo muy nervioso.

MIENTRAS TANTO EN LA CASA DE ELENA

Isaac trataba de mantenerse tranquilo y calmado. Leila lo había estado evitando desde que pasaron la noche juntos. No había querido recibirlo en su habitación ni había salido de ahí desde esa misma noche. Las mujeres que ayudaban en la casa le llevaban los alimentos y volvían con las bandejas medio vacías. Ella no era de comer tanto así que al menos comía, poco pero lo hacía. Sabía que se estaba arriesgando mucho, Elena no toleraría una traición. Pero si algo no le tenía a Elena era miedo. Para nada. Había aceptado ser su sumiso porque le gustaba ese estilo de vida. Lo había sido hacía mucho tiempo y cuando se aburrió lo dejo y ahora aburrido de los negocios de su padre, había entrado de nuevo en este mundo. Pero no pasaba tanto tiempo como antes sumido en él ni tampoco es que su vida iba a cambiar si alguien se enteraba de ello. Ahora lo único que quería era convencer a Leila se irse con él. No para que fuera su sumisa, sino para que fuera su mujer. Le gustaba mucho y sabía que podía sacarla de ese mundo oscuro donde estaba metida. Solo tenía que ser paciente