Capitulo 68

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-Lo voy a matar- digo con la voz entrecortada y siento la mano de Ella en mi hombro

-Tú eres mejor que eso hijo... eso hijo de puta no vale la pena... la muerte solo aliviaría su infierno ¿quieres aliviarlo hijo?- la miro y niego con la cabeza

-Esas imágenes, me han perseguido en sueños todos estos años, desde que era pequeño. Me despertaba bañado de sudor, llorando y gritando recordando, recordando como él me quemaba y tú estabas ahí... a metros míos con esa mierda y sin hacer nada- le digo mientras la miro y me doy cuenta por su cara y por sus lágrimas de cuanto mal le hice al decirlo de esa forma. Ella desaparece y voy a la cocina y la encuentro llorando sentada- lo siento... yo no quise que sonara de esa forma

-No me digas eso... tienes toda la razón del mundo en hablarme de ese modo, en sentir rencor hacia mi... ¡¡me lo merezco!! Mis decisiones no han hecho más que arruinar la vida de quienes siempre quise proteger...

-Escucha... todos cometimos errores de los cuales nos arrepentimos tarde o temprano...

-Christian, sé que tienes todo el derecho a odiarme pero por favor te lo suplico ¡¡no me odies!! Si tú me odias mi vida ya no tendría más sentido ¿es que acaso hubiera sido mejor no decir nada y desaparecer luego de testificar?... quizás eso hubiera sido lo mejor

-¡¿Cómo puedes decir eso?! No se te ocurra repetirlo...

-Es que... mira el daño que te he hecho...

-Escucha eso ya nadie puede cambiarlo... me pediste que me quedara ¿acaso crees que puedo pensarlo enserio si me dices cosas como esas?

-Christian...- Ella me abraza y llora sin control, le preparo un té y me quedo con ella hasta que se queda dormida, cerca de las 9 pm viene John y yo me voy hasta la calle pero no paro un taxi... comienzo a caminar tratando de digerir todo lo que ha estado pasando estas últimas horas... estos últimos días y todo es una gran confusión. No sé cuánto tiempo paso caminando pero cuando llego al hotel Ana me mira con cara de enojada y preocupada, Taylor está con ella

-¡¡¿Se puede saber dónde demonios estabas?!! He estado llamando a tu celular durante horas y no me respondes ¿es que acaso quieres que me vuelva loca? Llame a todos aquí, John me dijo que te fuiste de la casa de Ella a las nueve ¡¡es la una de la mañana y no sé nada de ti!

-Ana... escucha

-¡¡Me vuelves loca con la seguridad y el celular!! Estoy que me vuelvo loca y ¿crees que eso le hace bien a nuestro hijo? ¿Cómo es la historia, haz lo que yo digo pero no lo que yo hago? Eres un imbécil- me grita y cierra la puerta del cuarto con llave.

Me siento y trato de tranquilizarme... hasta Taylor me mira con mala cara, pero se va sin decir una palabra. No puedo bañarme porque la puerta está cerrada así que me quito la ropa y me acuesto en el sillón, por suerte hay una manta para cubrirme. Sé que Ana tiene razón, que la vuelvo loca y no fui capaz de llamarla para decirle donde estaba y me enojo conmigo mismo al darme cuenta de que todo ese estrés puede afectar a nuestro bebé ¡¡menudo imbécil soy!! Miro al techo tratando de concentrarme para quedarme dormido pero solo lo consigo cuando comienza a amanecer.

El ruido me hace abrir los ojos y veo a Ana desayunando con cara de pocos amigos. Me incorporo

-Buen día- digo, pero ella ni siquiera me mira- tienes toda la razón de estar enojada conmigo porque soy un imbécil. Tienes razón, tendría que haberte llamado para avisarte donde estaba y no dejar que te preocuparas... nunca me voy a perdonar de que eso puede afectar a nuestro bebé- digo mientras me paro y me acerco a ella

-Ni siquiera lo pienses, no vengas a querer besarme y hacer de cuenta que nada paso, tus disculpas no son suficiente para nosotros

-Ana...

"Quiero mas..."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora