“¡No me ha dicho ni su nombre!” Lily estaba malhumorada cuando regresó a Madame Malkin, justo cuando Hugo salía con el paquete que contenía las túnicas de ambos.
- Me debes 6 galeones, Lily. ¿Dónde estabas? ¡Ah, vale! Ya te has comprado la lechuza. Bueno entonces lo tenemos todo. Vamos a tomarnos un helado.
- Vale. Y toma, antes de que se me olvide, tus 6 galeones.
Estuvieron una media hora en la heladería mientras poco a poco llegaban todos sus familiares. Lily no dejaba de pensar en el chico rubio con el que se había cruzado. “¡Vaya un idiota! No me quería decir cómo se llamaba. Pues él se lo pierde.”
Regresaron a Grimmauld Place y pasaron el verano preparando baúles y demás. Lily estuvo pensando a qué casa la mandaría el Sombrero Seleccionador. Ella quería ser Gryffindor, como su madre, pero también quería estar en Slytherin con Zayn. El día anterior al 1 de Septiembre le expuso sus dudas a su padre.
- Papá, ¿Qué pasa si me ponen en Hufflepuff?
- ¿Por qué iban a ponerte en Hufflepuff?
- No sé, como Louis está en Gryffindor, Rose en Ravenclaw y Zayn en Slytherin pensé que a mi me tocaba estar en Hufflepuff… - Lily estaba muy triste porque no le había expresado sus dudas antes a nadie y no quería que nadie más lo supiera.
- Pues, si te ponen en Hufflepuff, esa casa será muy afortunada por ganar a mi ojito derecho, ¿no crees? – Harry no dejaba de sonreír a su hija, sabía que esas dudas las habían pasado todos sus hijos, y él las tuvo también. – De todas formas, Lily, si no quieres que el Sombrero te mande a Hufflepuff, puedes pedirle que te mande a Gryffindor, si es allí donde quieres estar.
- ¿En serio?
- Claro, a Zayn se lo conté en King Cross hace dos años. Louis creo que lo averiguó él sólo, porque me contó que el Sombrero quiso mandarlo a Slytherin pero él le pidió estar en Gryffindor para no deshonrar a la familia Potter… No sé qué quería decir con eso, pero a tu madre y a mí no nos importa dónde os mande el Sombrero, de verdad. Y tú tienes que estar tranquila mañana porque sea dónde sea dónde te mande el Sombrero estará bien. Nosotros te mandaremos una carta diciéndote que estamos orgullosos de ti y todo eso. – Harry le acarició el pelo a su hija y la abrazó.
- Gracias Papi. Creo que dejaré que el Sombrero elija por mí, si estaréis orgullosos de mí igualmente pues entonces no tengo de qué preocuparme ¿no?
- Por supuesto. – Harry volvió a abrazar a Lily, no quería que su hija se marchara mañana. – Por cierto, ¿dónde está tu nueva lechuza? Creo recordar que te di 15 galeones para que te compraras una bonita.
- Sí, es preciosa. Al principio quería un gato pero cuando la vi, me encantó. Se levantó y fue hasta la ventana dónde había puesto la jaula, la cogió y la llevó ante su padre. - ¿Te gusta?
- Li… Lily… ¿La compraste tú sola? – Harry no podía creerse lo que estaba viendo. Era igual que Hedwig, su primera lechuza.
- Sí, fui yo sola mientras Hugo estaba comprando su túnica. ¿Por qué? ¿No te gusta?
- No, no, claro que me gusta. Es muy bonita, Lily. Siéntate. – Esperó a que su hija se sentara junto a él después de soltar la lechuza en la ventana de nuevo. – Verás, yo tuve una lechuza igual que la tuya durante mi estancia en Hogwarts.
- ¿De verdad? – Lily no podía creerlo, había muchas cosas que no sabía de su padre a pesar de que todos los magos se quedaban mirándole cuando pasaba a su lado.
- Sí. Se llamaba Hedwig y me la regaló Hagrid por mi 11 cumpleaños. Murió cuando las cosas no eran como lo son ahora… Alguien quería matarnos a todos y acabaron con la vida de mi lechuza… - Harry estaba a punto de llorar pero se contuvo ante la presencia de su hija.
- No lo sabía… Si quieres puedo cambiarla, papi. De verdad no me importa.
- No, Lily. Ésta lechuza es tuya. Y yo estoy muy feliz porque tú tengas una. ¿Has decidido ya su nombre?
- No… Pero me gusta mucho Hedwig… Si no te importa… ¿Puedo llamarla Hedwig II?
- Claro. – Harry abrazó de nuevo a su hija, esta vez un poco más fuerte que antes. Lily había crecido y ya era casi una mujer. Tenía que irse al día siguiente. – Mañana a las 6 hay que estar en la mesa del desayuno con el baúl y todo abajo, ¿entendido?
- Sí, papi. Nos vemos mañana. – Harry besó a su hija en la frente y la acostó.