La mañana de Navidad amaneció despejada pero durante la noche había nevado, por lo que los jardines de La Madriguera estaban cubiertos de nieve y tenían pequeños agujeros creados, al parecer, por los gnomos. Lily despertó cuando el sol estaba ya alumbrando la ventana. No quedaba nadie en la habitación. Salió de entre las mantas y se asomó a la ventana. Sonrió al ver el suelo blanco. Fue hasta el armario. Sacó un suéter con una L bordada alrededor de una media luna tejido por la abuela Molly y unos pantalones vaqueros muggles que le encantaban. Se puso las botas de agua porque sabía que iba a ser un día de Batalla de Bolas de Nieve y salió de la habitación.
Todos desayunaban en la gran cocina cuando Lily llegó.
- ¡Por fin! - Molly II, Lucy, Zayn, Rose, Louis, Hugo y Priscila dejaron sus respectivos platos y salieron en busca de los regalos.
- Feliz Navidad a vosotros también. - Ironizó Lily, mientras se sentaba en la mesa en el único sitio que no tenía un plato a medio comer, justo frente a Niall.
- La abuela Molly no nos dejaba abrir los regalos hasta que no bajaras tú. Promete que el año que viene tardarás menos en bajar, hermanita. - Louis ya había abierto dos de sus regalos y estaba a punto de abrir el de Lily.
- Vale, sí, lo prometo. - La pequeña Potter no sabía si quería abrir sus regalos o subir de nuevo a su habitación a dormir. - Pero, ¡faltan los mayores! ¿A ellos no se les espera?
- No, querida, se fueron a una fiesta de Navidad anoche, ¿no te acuerdas?
- ¡Ah! Es cierto... - Lily comenzó a comer sus gachas de avena y cuando las acabó se marchó a por sus regalos. "¿Qué hay de malo en ver qué me han regalado? Después desapareceré otra vez."
Lily comenzó a abrir el regalo más grande. Era de su hermano Louis: Un ordenador portátil muggle.
- ¡Gracias, Louis! Pero ¿cómo supiste que quería este modelo? Es el único que se puede dibujar directamente en la pantalla.
- Un hermano mayor sabe esas cosas. Y por Merlín, cuídalo, me ha costado las pagas del resto de mi vida.
- Jajajaja Lo haré, muchísimas gracias.
Lily cogió el siguiente que era de los abuelos. Tenía otro suéter con una L pero el de ese año era diferente. Tenía una varita en lugar de una luna. Una varita idéntica a la suya. Lily corrió hacia su abuela y la abrazó. No dijo nada, pero Molly le devolvió el abrazo sonriendo. Volvió a por sus regalos y abrió otro. Era de sus padres. Era una pequeña cajita que Lily abrió y encontró un collar precioso. Era una media luna de oro con una lechuza de oro blanco apoyada en uno de los lados. Lily se lo puso y continuó abriendo regalos. Tenía surtidos de Sortilegios Weasley, cortesía de tíos George y Ron, libros nuevos junto con un diario muggle de tía Hermione y muchas chocolatinas. Y Liam le había regalado accesorios para el ordenador que le había regalado Louis, de seguro estaban al corriente los dos de sus regalos. Lily se quedó asombrada pues no encontraba el regalo de su hermano Zayn.
- Z, no encuentro tu regalo, ¿Cuál es?
- ¿Mi regalo? ¡Oh, lo siento, Lils! Lo olvidé... Prometo comprarte algo en el Hogwarts Express de vuelta a la escuela. - Lily no lo podía creer, pero eso no era lo peor...
- ¡Z! ¡Muchísimas gracias! - Rose acababa de abrir el regalo de su primo. Era un surtido de escritura completo con pluma, tinta, pergaminos. El mismo que le había regalado Priscila a ella. Le había hecho un regalo a Rose, pero a Lily no. Ésta recogió todos sus regalos y subió a su habitación. Lo dejó todo en el escritorio, se tumbó boca abajo en la cama y comenzó a llorar.
"¿Cómo voy a estar celosa de mi propia prima? Tengo que controlarme, ¡Pero no puedo! ¡Es mi hermano! ¡Es Niall! Rose, Rose, Rose... ¡Siempre Rose! ¿por qué nunca Lily?" En ese momento llamaron a la puerta. Lily no dijo nada pero quién fuera entró.
- Vete, no quiero ver a nadie. - Lily seguía con la cara escondida en la almohada pero notó como alguien se sentaba en los pies de la cama.
- Toma. Si quieres te lo dejo aquí y lo abres más tarde.
- ¿Niall? - Era la primera vez en dos meses que pronunciaba ese nombre y miró hacia la persona que había interrumpido sus celosos pensamientos y se encontró con unos ojos grises que la miraban preocupados.
- Perdóname. Zayn me preguntó qué podía regalarte pero no le contesté. Yo también estaba molesto contigo porque no me hablabas. Al parecer, se olvidó de tu regalo por mi culpa.
- No, no es tu culpa. Ya viste que el de Rose no se le olvidó. Soy yo. No soy nada más que "la niña Potter" pero ella es lista, guapa y... - Lily no terminó la frase puesto que el chico con el que se estaba sincerando había agarrado a la pequeña por la mejilla y había acercado su cara a la de ella. Lily tenía el corazón acelerado, tenía miedo de que él notara su pulso. No quería decir nada por miedo a estropearlo todo. Seguían acercándose el uno al otro. Ya casi rozaban sus labios cuando él habló.
- Lilian. - Y entonces le dio un tierno beso. Lily había recibido su primer beso del chico del que estaba enamorada. Cerró los ojos y disfrutó del cálido roce con sus labios. Su corazón empezó a cicatrizar, aunque una parte de su mente le decía que volvería a sufrir pero por una vez no pensó en lo que pasaría después. Pensó en que estaba con el chico al que quería y que era muy dulce. No podía compararlo a ninguna otra sensación. Lily abrió los ojos y se encontró sola, tumbada boca abajo en la cama con los ojos todavía llenos de lágrimas. Se había dormido mientras lloraba. "Todo ha sido un sueño. Él no está aquí". Se dio la vuelta y se recostó en la cama. "No puedo creer que haya soñado con él. Y mucho menos que haya sido ese sueño." Se sujetó las rodillas y escondió la cara entre las piernas. En ese momento llamaron a la puerta.
- Entra. - Lily no miró a su visitante. Cuando notó que alguien se sentaba a su lado levantó la cabeza y, del susto, por poco se cae al suelo.
- ¿Tan feo soy? - La ayudó Scorpius a incorporarse.
- No, no es eso. Es que...
- No esperabas que fuera yo.
- Si, eso. ¿Qué haces aquí?
- He venido a traerte mi regalo de Navidad. Olvidé ponerlo bajo el árbol. En casa los entregamos directamente, por lo que no estoy acostumbrado a esconderlo. - Niall le puso en las manos una pequeña cajita con un lazo en las manos.
- Gracias, pero no tenías por qué regalarme nada.
- Sí. Tú me has hecho un regalo. Que por cierto me encanta.
- Me alegro. - Lily sostenía la cajita sin saber si abrirlo o no. Decidió abrirla despacio para mantener a Niall a su lado todo el tiempo que pudiera. Cuando la tapa descubrió el regalo Lily no sabía que pensar. Podía ser una broma o cualquier otra cosa.
- ¿Una llave?
- Sí. Para abrir lo que hay dentro de éste otro regalo. - Niall le puso una caja mayor en las manos y Lily ya no pudo más y la abrió de un tirón. Era una caja, parecía un joyero. Tenía unicornios y hadas dibujados alrededor y un candado que Lily abrió con la llave. Cuando quitó el candado y abrió la caja, una música preciosa, parecida a una nana, empezó a sonar. Lily cerró los ojos y sonrió. A los pocos segundos los volvió a abrir y se dio cuenta que Niall la miraba también sonriendo.
- Me encanta. Muchísimas gracias. - Lily gateó por la cama hasta él y lo abrazó para después darle un rápido beso en la mejilla. Ambos se sonrojaron. Niall se levantó y con un rápido "Adiós, Lily. Feliz Navidad" se marchó. Lily no podía dejar de escuchar la canción que provenía de su nuevo joyero.