Volvió al castillo pero no fue al Gran Comedor, sino que subió las escaleras hasta la lechucería. Llamó a Hedwig II y la acarició. Se sentó en la escalera y comenzó a escribir en un trozo de pergamino con la lechuza apoyada en su cabeza, como siempre que subía allí.
“Queridos papá y mamá.
¡Soy la nueva buscadora del equipo de Gryffindor! ¡Lo conseguí! Gracias por ser buenos en Quidditch, la herencia me gusta. Jajaja. En fin, Hugo también está en el equipo como Guardián, pero Louis me hizo prometer que no diría nada hasta que él lo publicara en el tablón. No sé realmente el resto de miembros del equipo pero no me importa demasiado. ¡Estoy en el equipo! ¿Ya lo he dicho? Vale, sí, la primera frase. Bah, me da igual. ¡Qué emoción! Espero que vengáis a algún partido y así podáis decirme si soy mejor que mis hermanos y le quito el puesto de “mejor jugador” a Louis. Jajaja. Bueno, el resto de cosas van muy bien. Voy a estar sola en Aritmancia y Estudios Muggles porque nadie de tercero se ha matriculado en esas asignaturas pero McGonagall me ha dicho que me va a beneficiar en los TIMOs. Espero que tenga razón porque con el Quidditch y eso voy a estar más ocupada que antes. Nada, a estudiar más.
Bueno, me despido ya que me quedo sin pergamino. Recuerdos para todos.
Un beso enorme, os quiero.
L.L.P.W.”
Le ató la carta a su lechuza en la pata y se la llevó hasta la ventana. Acarició por última vez a Hedwig II y echó a volar. Lily se quedó observando cómo su lechuza se perdía por el horizonte hasta que notó que la puerta de la lechucería se abría y entraba alguien.
- ¡Qué susto! Pensé que serías Filch. – Lily volvió a mirar por la ventana pero ya no veía su lechuza.
- Perdóname, creí que no habría nadie aquí. – Niall llamó a una lechuza parda que se posó magistralmente en su brazo y estiró la pata para que su amo le colocara la carta. El chico llegó hasta la ventana, al lado de Lily, y dejó a su lechuza volar. – Enhorabuena por entrar en el equipo.
- Gracias. Me gustó verte en las gradas. – Niall notó calor en sus mejillas y una sonrisita de Lily le aseguró que se había sonrojado.
- De… - carraspeó. – De nada, Lily. Ahora seremos rivales.
- Sí, Niall el goleador contra Lily la buscadora. (NOTA AUTOR: Niall hace de Scorpius, y Lily aquí usa un diminutivo: Scor, que en inglés es tanto o gol, por lo que le pega el mote.)
- Sí, bueno, te veré en el campo durante los partidos, y bueno, en los pasillos.
- Sí… - Lily miró a Malfoy mientras se marchaba y tuvo una idea. - ¿Me animarás cuando no juegue contra ti? – El chico se dio la vuelta al oír esa pregunta.
- Claro, Potter. Siempre que no juegues contra Rose, entonces ella me mataría si no la animo.
- Ya… Lo suponía… - Lily volvió a mirar por la ventana, dirección contraria a dónde estaba Niall. Notó cómo sus ojos comenzaban a humedecerse, pero se había prometido no llorar más por ese rubio de ojos grises en los que se perdía cada vez que miraba. Absorta en sus pensamientos como estaba no notó cómo Niall se había acercado a ella hasta que la cogió por la cintura y le susurró al oído.
- Si tú hubieras llegado antes a mi vida, serías tú con la que estaría ahora. – Le dio la vuelta a la pelirroja para quedarse uno frente al otro, le sujetó la barbilla y la miró directamente a los ojos. Lily sólo podía pensar que quería que la besara, y que lo hiciera ya, que no aguantaría más porque si tardaba más sería ella la que caería en sus brazos. Y entonces el chico se acercó a ella. Ambos cerraron los ojos y giraron lentamente sus cabezas, preparándose para rozar los labios de sus amados. Lily no aguantaba más, pero no quería parecer desesperada. Aguantó hasta que sentía el aliento del chico en su boca y entonces se rindió y fue ella la que besó los labios del rubio. Ambos se fundieron en un acalorado beso con el que se dijeron todo lo que no eran capaces con palabras. Pero entró en escena la falta de oxígeno y tuvieron que separarse para respirar. Los dos jóvenes estaban sonrojados y se miraban con timidez, se separaron lentamente pero no dejaban de mirarse a los ojos. Tardaron unos 3 minutos en volver a hablar y fue Lily la que hizo la pregunta que ambos deseaban saber la respuesta.
- Y ahora, ¿qué?
- Ni idea… Yo no quiero dejar a Rose.
- Ni yo a Peter. ¡Estúpido, Malfoy! ¿Por qué no hiciste esto el día de Navidad, hace dos años?
- ¿Yo? ¿Por qué no lo hiciste tú, Lilian? – Ambos se miraron y, sonrojados cómo estaban, empezaron a reír y no pudieron parar. Hasta que Lily, haciendo grandes esfuerzos, se controló.
- Tendremos que seguir cómo hasta ahora, sin que nadie se entere. Aquí no ha pasado nada. Sólo lo sabemos nosotros.
- Me parece razonable. Cuando me vuelvas completamente loco dejaré a Rose, e iré a por ti, señorita.
- Muy bien, digo lo mismo. Aunque tú ya me vuelves loca. – La pelirroja agarró por el cuello al rubio y, de puntillas, le dio un nuevo beso, esta vez mucho más dulce que el anterior. Un beso muy Lily. Niall la separó y mirándola a los ojos le dijo.
- No vas por buen camino, pequeña diablillo. Me vas a volver loco antes de lo previsto.
- Eso es lo que quiero. Pero pobre Rose… Me da pena porque se que te quiere muchísimo. – Lily desvió la mirada y volvió a mirar por la ventana.
- Lo se… Dejaremos pasar el tiempo. ¿Me esperarás? – Niall volvió a coger a Lily y la puso para mirarla a los ojos.
- ¿Y tú a mi? – La pelirroja puso “ojos de cachorrito” y Niall no pudo evitar reírse.
- Por supuesto. – Agarró a la niña por la barbilla y le dio un nuevo beso. Se separaron al cabo de unos segundos. – Me parece increíble que halla estado celoso de Peter esta mañana.
- ¡Lo sabía! – Lily le apuntó con un dedo acusador pero divertida por el recuerdo de la cara de Niall en las gradas del campo de Quidditch. – No lo quería creer pero vi tu cara roja y fue lo primero que pensé.
- Acertaste. En fin, me lo merecía por haberte hecho daño hace dos años.
- ¡Bah! ¿Eso? ¡Está olvidado! – Lily se lanzó a sus brazos y se fundieron en un nuevo beso. Estuvieron así hasta que se quedaron sin oxígeno.
- ¿Nos vamos?
- Sí. Tengo hambre. – Era verdad, el apetito Weasley había llegado a todos los miembros de la familia. – Pero deberíamos salir por separado.
- Sí, yo también lo pensaba. Me voy yo y en unos minutos sales tú.
- Sí. Recuerda: “Aquí no ha pasado nada”. Como se enteren mis hermanos, te matarán. Y Rose… Lo dicho, no ha pasado nada.
- Lo sé… Te veré por los pasillos y en el Gran Comedor. Te lo dije ya una vez en una carta pero te lo digo ahora. Te quiero. – Le dio un rápido beso en los labios y se marchó, dejando a Lily sola.