Pasaron los meses de Noviembre y Diciembre sin otra cosa más que exámenes y deberes. Harry envió a Lily la varita, una exactamente igual a la suya que había fabricado Ollivander’s expresamente para ella, junto a una carta. Lily había guardado esa carta bajo llave y la leía cada vez que se sentía triste.
“Querida Lily,
Aquí tienes tu varita. Ollivander’s la ha fabricado expresamente para ti. Es igual que la anterior pero le ha hecho una modificación. La ha decorado con una flor y una espiral para hacerla más especial. Espero que te guste, el diseño lo he hecho yo. Otra cosa. Ollivander me dijo que tu varita debe ser muy especial, ya que una persona de la familia la tuvo antes que tú. Bueno, una igual, con las mismas características. El abuelo James. Yo no lo sabía, pequeña. Pero Ollivander recuerda cada varita vendida y si dice que el abuelo Potter la compró, es que lo hizo. Me alegro que tú tengas la misma varita que mi padre.
Quería decirte que estoy muy orgulloso de ti. Eres muy valiente, pequeña Potter. El día que naciste no quería que nada te separara de mí. Ahora te has separado de mi para hacerte mayor. Y sé que eres toda una mujer y estoy muy feliz por ser tu padre. Cuídate. Y sé feliz, sobre todo eso. Prométemelo.
Te quiere, con locura, papá.”
Llegó el día de vuelta a casa para las vacaciones de Navidad. Lily había terminado de preparar su baúl cuando llegó Priscila.
- ¿Ya te vas? – Priscila se sentó en la cama de Lily y la miró un poco triste.
- Sí, ¿tú no has terminado tu baúl aún?
- No, no me voy. Mis padres se han ido a América a visitar a mi familia y me pidieron que me quedara porque no querían explicar que soy bruja.
- Vaya… Pues haz tu baúl. Te vienes a mi casa. A mis padres no les va a importar. Además, prefiero que estés conmigo estas vacaciones. – Lily le había contado a Priscila todo lo que había pasado con Niall y era la única que sabía que Zayn lo había invitado a pasar la Navidad en su casa de Godric's Hollow muy a pesar de Lily Luna.
- ¿De verdad? ¿Seguro que a tus padres no les va a importar?
- Seguro. Estarán encantados de conocerte. Han tardado 3 años en conocer al mejor amigo de mi hermano – Lily seguía evitando pronunciar el nombre del chico que tanto dolor le provocaba. – Además, yo quiero que vengas. Nadie se merece pasar las Navidades solo en Hogwarts.
- ¡Oh! ¡Gracias, Lils!
- ¡Eh, eh! Tranquila, que sólo son unas vacaciones.
Se montaron en el tren en Hogsmeade y Priscila, Hugo y Lily estuvieron en un compartimiento para ellos solos jugando a los Naipes explosivos, el cual era un juego que Hugo había enseñado a Priscilia y a ésta le encantaba. Lily estaba sentada frente a ellos con la espalda apoyada en la ventana y los pies encima del asiento con una libreta en las rodillas. Era su libreta de dibujo muggle. Cuando estaba triste o muy contenta siempre hacía un dibujo en esa libreta desde que estaba en la escuela muggle y su profesora de Arte le dijo que era muy buena dibujando. Había hechizado la libreta para que, mientras dibujaba, nadie pudiera ver lo que hacía. Simplemente, el hechizo cambiaba el dibujo conforme dibujaba. Llegaron a King Cross y fueron Liam Lupin y tío Ron a por ellos. Louis y Liam se chocaron las manos y Lily abrazó a su “medio hermano”. Se montaron en los coches y se fueron directos a La Madriguera, ya que esa Navidad eran demasiados para ir a Godric's Hollow.
Priscila durmió con Lily y Lucy y Molly, hijas de Percy, en el antiguo dormitorio de Ginny. Los padres de los jóvenes dormían todos en sus respectivos hogares para dejar a los abuelos Weasley disfrutar de los nietos. Priscila estaba emocionada porque esa era su primera Navidad mágica, y la pasaría con su mejor amiga.
- Lils – le dijo la primera noche, mientras se ponían los pijamas. - ¿Por qué Rose no duerme con nosotras?
- Porque la abuela Molly prefiere que Victoire y Dominique no estén solas para que Liam y el novio de Domi no tengan ocasión de estar con ellas mientras que estamos aquí. El problema es que la abuela no sabe que ha puesto a Rose frente a la habitación de mi hermanito que duerme con su amigo.
- Oh… Bueno, me prometiste que me enseñarías los gnomos. ¿Vamos?
- No, mejor mañana. Durante el día se ven mucho mejor.
Se acostaron y apagaron la luz. Lucy, Molly y Priscila llevaban ya unas dos horas dormidas cuando Lily se despertó y salió de la habitación. Iba descalza, sólo había cogido una bata y bajó las escaleras para salir al jardín. Se sentó en los escalones de la puerta trasera y miró las estrellas.
“He traído a mi mejor amiga y estoy con toda mi familia y aún así me siento sola.” Vio una estrella fugaz y sólo se le ocurrió pedir una cosa: “Ojalá no estuviera aquí sola.” La estrella desapareció y Lily sonrió mientras una pequeña lágrima caía por su mejilla. Dejó que callera y volvió a mirar al cielo. Las estrellas formaban pequeños grupos y a ella le parecían preciosos. Hasta que escuchó unos pasos detrás de ella. Se levantó deprisa y sacó la varita. Por instinto, porque no podía usar la magia fuera del colegio...
- ¡Oh! Eres tú… - Lily volvió a sentarse.
- ¿Qué haces aquí? – Niall la miró tras el vaso de agua que estaba bebiendo.
- Nada. Sólo pensar.
- ¿Pensar? ¿En qué, si se puede saber? – Scorpius dejó el vaso, ya vacío, en la encimera.
- En cosas de chicas.
- ¿Puedo sentarme contigo? – Niall se había acercado a Lily y la miró esperando la respuesta.
- Claro… - El chico se sentó junto a Lily y no podían evitar el contacto entre ellos ya que los escalones eran muy pequeños.
- Lily, ¿Puedo hacerte una pregunta? – El rubio cogió a la pelirroja por la barbilla e hizo que la mirara. - ¿Por favor?
- Sss… Sí… - Lily se había quedado mirando esos ojos grises que la volvían loca. “Vamos, habla ya o empezaré a llorar”
- ¿Por qué me has evitado estos últimos dos meses? Y ¿por qué no contestas a mis cartas?
- Porque… - Lily se soltó de las suaves manos del muchacho y se separó todo lo que le permitía el escalón, que no era mucho. - Porque cuando iba a pedirte que me acompañaras a casa de tu abuelo, te vi besar a Rose. No quería convertirme en “la otra”. Y mucho menos serlo con mi prima.
- ¡Oh! – Niall agachó la cabeza y dejó de mirar a Lily. Estuvieron en silencio durante unos cuantos segundos y entonces, él habló volviendo a mirarla. - ¿Me perdonarás algún día?
- ¿Qué? – Lily volvió a mirar al chico que estaba a su lado. - ¿Por qué tendría que hacerlo? – “Me has roto el corazón, pero no pienso decírtelo”
- Porque te dolió. Sé que te dolió verme con Rose. Sobre todo después de haber tenido una cita contigo.
- Sí, sí que me dolió pero lo comprendo. – Lily volvió a mirar el cielo - Rose es mucho mejor que yo. Zayn también la quiere más a ella que a mí. Desde que empezaron en Hogwarts, Zayn ya no me hace tanto caso como antes.
- No digas eso, Lily. Tú eres muy especial. – “¿Especial? ¿Ya está? ¿Así quieres arreglar el dolor que me causaste? Es verdad, no lo sabes”
- Gracias. – “¡Pero di algo más, tonta!”
- Bueno, me voy a la cama. – Niall se levantó y acarició el pelo de la pequeña Potter, se agachó y le susurró al oído. – Feliz Navidad, Lily. – Y se marchó.
- Feliz Navidad… - Lily, al cabo de unos diez minutos, se levantó y se volvió a su habitación. El día siguiente sería un día muy largo ya que tendrían que abrir los regalos. ¿Le regalaría algo Niall a Lily? Ella le había comprado un libro sobre Quidditch, el mismo regalo que le iba a hacer a sus dos hermanos mayores. Se metió en la cama y enseguida se durmió mientras pensaba en Niall.