Se metió las tres cartas en el bolsillo y subió corriendo las escaleras de mármol buscando el cuadro de la Señora Gorda. Cuando lo encontró, le dijo la contraseña y éste se abrió, Lily entró corriendo y se tropezó con Hugo y Priscila.
- ¿Dónde estabas? Te estábamos buscando para ir a desayunar. – El estómago de Hugo rugía como un León.
- Pues de allí mismo vengo. Tomad, vuestros horarios, me los dio McGonagall. Coged los libros de Historia de la Magia y Herbología antes de bajar, o tendréis que volver a subir.
A los dos minutos estaban los tres listos para bajar al Gran Comedor, pero Lily no tenía más hambre así que se quedó en el pasillo del Segundo Piso, delante de la puerta del aula de Historia de la Magia. Gracias a su tía Hermione no iba a tener que prestar atención a lo que el profesor fantasma Binns iba a decir: El inicio de la magia en el mundo. Se sabía esa historia de memoria. Y tía Hermione se había encargado de ello. Siempre que ella les contaba cuentos para dormir, acababa leyéndoles Historia de la Magia, o Historia de Hogwarts. Parecía como si hubiera leído esos libros cientos de veces. Se sentó frente a la puerta y sacó las tres cartas de su bolsillo.
Abrió una que resultó de ser de tío Ron.
“Querida Lily.
Me alegro de que estéis Hugo y tú en Gryffindor. Sed buenos y no os metáis en líos. Es básicamente lo mismo pero es lo que hay que decir en estos momentos.
Te mando la carta porque me pediste que te mandara tinta de colores, pero no voy a poder hacerlo porque nos hemos quedado sin provisiones hasta dentro de dos semanas. Tendrás que esperar, pero serás la primera en tener tu tarrito en el momento que lleguen. Hasta entonces, cuida del tarro que tienes.
Un beso de tu tía Hermione y otro mío.
Tió Ron.”
Lily se guardó esa carta dentro del libro de Historia. Contestaría a su tío durante la clase, y abrió la segunda carta.
“Querida Lily.
Nos alegramos mucho de que estés en Gryffindor. Sabía que no irías a Hufflepuff pero tenía que darte ánimos de una forma más convincente, ¿no crees?
Espero que ya hayas hecho amigos nuevos y que hayas conocido a los amigos de Zayn y Rose y que me informes de cómo son. Quiero que me lo cuentes todo, aunque te estaré observando desde el Mapa del Merodeador, como he hecho con Liam, Louis y Zayn anteriormente.
Mamá dice que te olvidaste tu diario y tu álbum de fotos y que te lo mandará de vuelta cuando respondas a ésta carta.
Espero que todo te vaya muy bien, Lily. Te echamos de menos.
Mamá y Papá.”
Ésta también la guardó en el libro de Historia, sería la primera de contestaría porque no quería que nadie más supiera de su diario. Sacó del bolsillo la última carta, mucho más pequeña que las demás. Sólo era un trozo de pergamino enrollado, ni siquiera estaba dentro de un sobre.
“Lily, sé que no debería ponerme en contacto contigo, pero eres preciosa y no puedo dejar pasar esta oportunidad.”
“¿QUÉÉÉÉ? ¿El admirador?” En ese momento sonó el timbre y Lily entró en la clase. Se sentó en unos asientos al final de la clase y reservó el de su izquierda y su derecha para Hugo y Priscila.