- Pero… En la nota de anoche dijiste que eras Ravenclaw. ¿Por qué?
- Porque sabía que si te decía que era yo, o que era un Slytherin, no ibas a venir.
- Vale… Es cierto… Pero, ¿Qué pasa con Rose?
- ¿Rose?. Sólo somos amigos. Yo quiero estar contigo.– Niall le dedicó una sonrisa y Lily casi se cae. Esa sonrisa no era como las anteriores. Esa era especial. Nunca la había visto en la boca de ese chico que aún la miraba. – Además, Rose puede estar con cualquier chico.
- Bueno… Pues… No sé que decir… ¿comemos?
- Claro. He traído emparedados y algo especial. Creo que no lo habrás probado nunca. Las he traído de contrabando. ¡Cervezas de Mantequilla!
- ¡Vaya! No, no las he probado nunca.
- Y tengo otra cosa. ¡Pudding! – Hizo un movimiento con la varita y apareció un plato enorme con pudding en forma de Snitch Dorada. Lily se quedó con la boca abierta, otra vez. “¿Estoy soñando? Esto no puede ser real.” – Sé que te gusta mucho.
- Gra… Gracias… ¿Cómo sabías que me encanta?
- Te observo. Cada día. A cada hora. Sé que te gusta el pudding, que lo acompañas con un trozo de pastel y que te pones la pluma detrás de la oreja para sujetarte el flequillo.
- No… No sé que decir. - Lily se sentó encima de un mantel que había en el suelo junto a la cesta de la comida. – Cuéntame algo de ti. Sólo sé lo que me ponías en las cartas. Y he de decir que no es mucho.
- Lo sé. Creo que lo esencial ya lo sabes. Mi nombre, mi aspecto y mi personalidad. Soy el mejor amigo de tu hermano y llevo queriendo invitarte a comer desde que nos chocamos en el Callejón Diagón. Me gusta tu pelo y tus ojos, Lilian.
- ¿Lilian? ¿Me has llamado Lilian? ¡Ni siquiera mi madre me llama así cuando se enfada conmigo! Jajajajaja
- Jajaja. Está bien. Sólo Lily. Eres increíble.
- Gracias. Tú también. He de decirte que yo también quería conocerte mejor desde que nos chocamos en el Callejón Diagón. Pero cuando te vi en el Hogwarts Express, y me enteré que eras el mejor amigo de mi hermano y que mirabas a mi prima como si estuvierais juntos… Pues ya no sabía que hacer y me retiré.
Pasaron toda la hora del almuerzo hablando sobre ellos y conociéndose mejor. Pero todo lo bueno acaba y tuvieron que despedirse para regresar a sus clases. Lily corrió hacia los invernaderos y esperó en la puerta. Sacó un pergamino y se sentó en el suelo. Comenzó a escribir. Recordó el sueño mientras corría hacia las clases y decidió que era el momento de emplear medidas drásticas: tenía que escribir a su padre.
“Querido papá.
Sé que no te he escrito esta semana aún pero he estado ocupada con las clases, la fiesta de Halloween y deberes atrasados. Ya me he puesto al día y he de decir que ha sido agotador. Dale las gracias a tía Hermione porque si ella no nos hubiera leído Historia de Hogwarts de pequeños ahora estaría estudiando aún más. Bueno, lo que de verdad quería decirte es que esta noche he tenido un sueño. ¿Recuerdas el accidente de mamá en su penúltimo partido Quidditch? Te dije que había soñado con eso la noche anterior. Pues bien, hoy he tenido un sueño parecido en el que estábamos Louis, Zayn y yo en la Torre de Astronomía y unos hombres con máscara nos atacaban con maldiciones. Me desperté cuando un rayo verde me apuntaba. Tengo bastante miedo, papá. Esta vez, si se hace realidad, tú no estarás para salvarme, como estuviste con mamá.
Te echo de menos. Te quiero.
Lily.”