Capítulo 31

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- No tengo tiempo, ve rápido - respondí dándome la vuelta para poder verlo con un ramo de rosas.

Una parte de mí lo esperaba, sí, era predecible el hecho de que llegara con algún detalle.

Él me extendió el ramo, el cual tomé, y me sonrió.

- ¿Que harás después de esto? ¿Tienes algún otro plan que resta el tiempo que tendré contigo? - preguntó.

Sonreí. Él nunca había sido tan idiota como para aceptar esas excusas.

- Bien, me corrijo, sí tengo tiempo pero no tengo ganas de estar contigo. - lo observé detenidamente, al parecer le daba igual mi trato.

Se encogió de hombros.

- Sí aceptaste venir fue por algo, además, eso no decías la noche de la fiesta - dijo sonriendo de forma burlona.

- Sí, verás, en ese momento no te detestaba como a todos los demás.

Él me dio una mala mirada casi ofendido.

- Clarisse - dijo intentando mantener la calma - sabes que me encantas, que estoy a tus pies, que sin ti me estoy volviendo loco ¿Que pierdes perdonandome?

Me encogí de hombros y lo mire desinteresada intentando demostrar indiferencia.

- ¿Que ganó haciéndolo? - pregunté.

Él gruñó exasperado y tomó mi cara entre sus manos para luego juntar nuestros labios en un beso lleno de resentimiento y arrepentimiento, lleno de agua y fuego, cubierto de amor pero a la vez vacío. Algo iba mal.

Me separé lentamente.

- ¿Puedes escuchar el silencio? ¿Puedes ver la oscuridad? - pregunté escuchando como la canción se repetía en mi cabeza - ¿Puedes arreglar lo roto?

Él asintió lentamente entendiendo.

- No tengo esperanza de volver a tenerte ¿verdad? - preguntó apartando su vista.

- Las segundas oportunidades no sirven, la gente nunca cambia - murmure dudando internamente de si lo que decía era cierto.

Por primera vez podía ver la tristeza en sus ojos.

- Lamento haberte dañado - dijo volviendo su mirada a mis ojos - al menos dime que en algún momento me quisiste, asegurame que no fue falso.

Yo le sostuve la mirada.

- Todo fue real, cada cosa y cada palabra fue real, incluso las que dijiste fuera del comedor. - respondí.

- Clarisse... - comenzó a decir pero lo detuve.

- No, dejalo, si el chico que tengo a mi lado no me apoyará entonces no debe estar a mi lado.

Me di la vuelta y comencé a irme.

Quería gritarle, empujarlo y besarlo, todo a la vez.

¿De esto va el amor? ¿Volverse locos, ir al cielo y luego caer de golpe rozando el infierno? No quiero eso, sí es así entonces renunció al amor.

"Cuando estas triste piensas más estupideces de las normales" oí decir a mi conciencia. Era algo que ya sabía, no puedo renunciar a algo como eso, siempre vuelve.

Me senté bajó un árbol y observé las rosas detenidamente.

- Las piezas de mi corazón te extrañarán... - murmure notando mi voz quebrarse y dando importancia al nudo de mi garganta.

Observé a mi alrededor. Ni una sola persona, sólo árboles y tierra...

Llorar desconsoladamente era una opción muy tentadora, pero, ¿en serio quería dejarme hundir así? No, ya había decidido dejarme de estupideces.

Suspire.

Si solo pudiera seguir mis propias reglas...

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7:00 am

Me senté fuera de la cabaña con mi maleta y el terrario de la serpiente, la cual se escondía entre las ramas.

De cierta forma era gracioso ver cómo los alumnos corrían de un lado a otro en pijama o se caían con sus maletas en una apresurada ida a sus autobuses.

Estaba el típico grupo que llora y llora y llora y sigue llorando hasta que cada uno queda deshidratado.

Luego los que tenían una despedida más seca, esos que no querían hacer nada que pareciera muy emotivo.

Y los que fingían no conocerse para no tener una despedida que fuera dolorosa.

Mandy se acercó a mí haciendo que me levantara sonriendo con nostalgia y la abrazara.

- Te dejo mi número - murmuró dejando un papelito en mi mano para luego irse en silencio.

Guardé el papelito en mi bolsillo y fui a entregar a la serpiente, pero, había oído que después de esto enviarían a estos animales a seguir en cautiverio...

Me detuve y apoye todo mi peso en un pie.

- Es ahora o nunca - murmure para mí misma antes de correr hasta el bosque para adentrarme en él.

Cuando estuve lo suficientemente lejos dejé el terrario en el suelo, lo voltee hasta que la parte superior quedó a un lado y luego quite la tapa.
Me alejé un poco, observé como la serpiente salía y se alejaba entre las hojas.

Sonreí y tomé el terrario para volver a cerrarlo e ir a entregarlo.

Esperé a que otros chicos entregaran sus animales y ya que la profesora que los estaba recibiendo sólo ojeaba los terrarios no notó la falta de vida animal en el mio.

Busqué mi maleta en la cabaña y corrí a mi autobús, quería obtener un buen puesto en la segunda planta.

Me coloqué mis audífonos y puse 21 guns de Green day. Amaba ese ritmo en días así. Tan trágico y hermoso.

Tomé la mochila que tenía para guardar cosas que no debían ir en la maleta y subí al autobús mientras veía como ponían mi maleta con las demás.

La segunda planta estaba vacía...

Suspire y me senté en el último puesto junto a la ventana en la fila izquierda.

Revise mi bolso por décima vez asegurándome de que mi libro sobre mitología griega había sobrevivido al viaje sin problemas.

Ahora solo quedaba olvidar...

Pero siempre hay más de un camino, lo que me llevaba y considerar muchas otras opciones, las cuales, hubiera preferido ignorar.

Observé por la ventana admirando el nublado cielo, puse el libro de mitología en mis piernas y me acomodé en mi asiento, un libro, un día lluvioso, ahora sólo me faltaba chocolate caliente y podría fingir que el mundo era perfecto.

La canción cambio a Therapy de All Time Low, por un momento pensé en cambiarla pero decidí dejarla, probablemente la música era una de las mejores medicinas para un alma que está fuera de su espacio feliz.

Sentí como alguien se sentaba a mí lado y se acomodaba en su asiento como si estuviera triste.

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