Nostalgia

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Me levante de buen humor y salí a comprar comida y algo para la pequeña Arabella cuando Charlotte y Daniel aun estaban dormidos e hice un reservación en el restaurante al que los iba a llevar. Compre un poco de fruta para el par de días que estaríamos aquí y para la fundación. A la niña le compre un par de vestidos y una muñeca nueva. Mi celular sonó cuando estaba en el mercado comprando comida.

-¿si?-respondí sin mirar siquiera quien llamaba.

-¿sabes lo mal que lo he pasado cuando me levante y no estabas? -preguntó Daniel muy preocupado. Okay,él se preocupaba demasiado por todo. Puse los ojos en blanco pero sonreí.

-lo siento. Supongo que es la mala costumbre de no tener que avisar a nadie cuando salgo. Pero creó que te alegrara saber que salí por comida. -dije juguetona.

-solo regresa a salvo... Y puedes traer la comida. -dice haciendome reír.- Charlotte quiere salir. -dijo y me recordó a algo muy extraño de lo que no tenia idea de si era un recuerdo personal o de alguna película pero sonaba como si Charlotte tuviera cinco años.

-oye es demasiado inquieta. Tengo que ir u momento a la fundación y creo que dejare a Charlotte ahí. Pero luego estoy libre. -dije bromeando. Quería que Daniel me acompañara a ver a los niños pero a la vez no quería porque a los niños les había gustado muchos él y de llevarlo volveríamos a salir muy noche de ahí y perderíamos otro dia.

-¿no quieres que te acompañe?-pregunto.

-prefiero ir sola. Así saldré antes. Llegare antes de las once. Si no pueden aguantar el hambre a dos casas del edificio venden comida. Dile a Charlotte que en el piso de arriba esta la piscina -dije riendo. Pero esperaba que me esperaran para desayunar. -te quiero. -dije para despedirme una vez que entre en el auto y me puse en marcha rumbo a la fundación.

-te esperaremos. -dijo. -también te quiero.

Colgué y pocos minutos después estaba en la fundación.

-hola. -Dije al entrar. -he traído un par de cosas. -le dije a Ivet en italiano y le entregue una bolsa con comida.

-gracias, señorita Thorne es muy amable de su parte. -dijo Ivet. Ella era la mas joven de la empleadas y había sido una de las niñas con las que la fundación había empezado su proyecto. -jamás le he agradecido por todo lo que hace por esta fundación y por lo que hizo por mi. -dijo sin mirarme a la cara. Yo había aprobado su estancia en la casa cuando empecé a trabajar en ella y la chica tenía apenas dieciséis años.

-no tienes porque agradecermelo. Es lo que todos deberían hacer. -dije y le toque la cara. -ahora ve a darles mis regalos a los demás mientras voy a hablar con Arabella.

-señorita,Arabella esta muy enferma. Esta no es su mejor mañana. -me preocupe de inmediato.

-¿que tiene?-pregunte y antes de preguntar casi estaba preparando la chequera para hacerle uno especial a esa niña.

-tiene leucemia. Es por eso que se le ha estado pidiendo mas dinero, señorita. Pero la verdad es que los médicos no saben que tanto resistirá. -asentí y le pedí que me adonde estuviera la niña. La seguí hasta él segundo piso.

-hola, pequeña. -le dije y le toque la cabeza. Tenia toda la ropa llena de sangre pero aun así sus grandes ojos verdes me miraban llenos de energía. -mira lo que te he traído. -dije y le pase la han bolsa de regalo que le había preparado.

-gracias, señorita. -dijo con su dulce voz contenta. Y yo sonreí.

-bueno este día no puedo quedarme. He de hacer unas cosas pero pasare a despedirme pasado mañana. Portante bien ¿si?-le dije y le bese la frente cuando ella asintió. Me fui con el corazón roto en mil pedazos pero no deje que se notara ya que no quería que Daniel se preocupara por mi.

∞Revenge∞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora