Ella le dio un sorbo a su café solo y lo fulminó con la mirada. Jenna quería estar sola y ese chico estaba dificultando su deseo.
"Soy Calum." El chico le tendió la mano, ella la rechazó.
"No me importa."
Calum la miraba con interés y se fijó en sus uñas pintadas de negro, mordidas. Bajo los ojos tenía tatuadas unas enormes ojeras a falta de sueño y sus iris eran del mismo color que los suyos; café.