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Al día siguiente, de camino a la cafetería, Jenna se mostraba más cansada que nunca. A penas podía mantener los ojos abiertos, pero tenía ganas de sentir la presencia de Calum. No quería reconocerlo, pero sabía que él le hacía bien. Sus pensamiento autodestructivos casi se habían esfumado, pero también Calum provocaba que ella no pudiese pegar ojo. Era algo contradictorio, sí.

Delante de la misma cafetería, vio como Calum se adelantaba a ella y la esperaba en la rutinaria mesa. Cruzó la calle y todo se volvió negro.

caffeine; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora