Tras pensárselo unos largos segundos, se atrevió a darle una respuesta corta pero precisa.
"No me gusta la gente."
"Eres interesante." Comentó Calum. "Te invito al café, ¿quieres?"
Jenna suspiró, tampoco sin apartar la mirada de sus ojos marrones.
"No necesito que me invites. Te he dicho que no me gusta la gente. Déjame sola."
Se bebió de un sorbo el café, sintiendo como le ardía la garganta por dentro. No le importó el dolor físico, dejó de nuevo el dinero sobre la mesa y salió de allí rápidamente.