XIV

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El muchacho sonrió de lado y se sentó con ella. Pidió otro café solo, como el de ella, y cuando dio el primer sorbo se atragantó.

"¡Qué amargo!"

Jenna arqueó las cejas.

"¿Te sorprende?" Se burló. "Es café; el café es amargo."

Calum suspiró y se fijó en sus clavículas, muy marcadas pero también hermosas. Le echó todo el sobrecito de azúcar. Se percató que ella no le había puesto su edulcorante y le cogió su sobrecito, poniéndoselo también.

"No sabes tomar café." Fue lo único que dijo ella.

caffeine; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora