Jenna se sorprendió cuando Calum corrió la silla de delante de la chica y se sentó en ella. Él no dejaba de mirarla de una forma extraña y eso le incomodaba un poco bastante.
"¿Qué crees que haces?"
"Sentarme."
"No necesito tu compañía; quiero estar sola." Replicó, bufando.
Él no dijo nada y continuó analizándola con curiosidad. Sentía atracción por sus huesudas manos, que sujetaban la taza del café caliente. Ella le dio el último sorbo, dejó sobre la mesa el dinero y se marchó dejando a Calum sorprendido.