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Ya habían pasado cuatro días y parecía que lo de ellos ya era como una rutina; preguntaba, respondía, se marchaba. La muchacha pensaba que si seguía evitándole al final el chico se cansaría de insistir. Pero eso no sucedía y la chica aún no le había dicho su nombre.

"Siempre vistes de negro pero no eres gótica." Comentó. "¿Qué eres?"

"Soy la chica del café."

Él se adelantó cuando vio que Jenna se levantaba y dejó el dinero del café. La chica no dijo nada al respecto y se marchó de la cafetería mientras una sonrisita aparecía en su rostro.

caffeine; cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora