Sus ojos no eran normales, no eran nada de este mundo. Sus ojos eran como dos piezas de oro brillantes, como dos luceros y como dos piedras preciosas.
La pregunta es: ¿son humanos?
— Bueno, fue genial volver a verte, Lonie. - se despide Stiles con una sonrisa y me abraza fuertemente. - ¿Salimos mañana?
— Claro. - respondo sonriente. - ¿Por qué no vienes desde la mañana y vemos películas o salimos a pasear?
— Encantado. - replica antes de depositar un beso en mi mejilla.
— Solo trata de no espantarla y entrar por la ventana. - le advierte Scott.
— Y tu trata de no enloquecer. - Stiles le guiña el ojo y luego se aleja rumbo a su Jeep. - ¡Te veo mañana, Lonie!En cuanto vemos la Jeep de Stiles desaparecer, Scott y yo entramos a casa. Subimos las escaleras hacia la segunda planta de la casa y, al darnos cuenta que mi tía todavía no regresa del hospital, decidimos traer helado a mi habitación para ver películas en mi laptop.
Mientras recorremos la gran lista de películas que ofrece Netflix, me detengo por unos instantes en una que llama mi atención, una en la que se ven unos ojos dorados.
— ¿Estás bien? - me pregunta Scott mientras toma mi laptop para buscar uña película que nos guste a ambos.
— Si, ¿por qué?
— Tu corazón está algo acelerado. - me vuelvo hacia él extrañada.
— ¿Cómo lo sabes?
— Yo... Solo lo sé. - responde, encogiéndose de hombros. - Ahora, habla. - carraspeo y clavo la mirada en la pared frente a mi.
— Es que, cuando caminábamos y ese auto negro pasó junto a nosotros, puedo jurar que vi a uno de ellos y...
— ¿Y? - insiste mi primo, volviéndose hacia mi.
— Esos ojos. - replicó, volviéndome hacia él.
— ¿Qué hay con ellos?
— Eran diferentes... Eran de un color que jamás había visto. - intento explicar, aunque sé que es complicado.
— ¿Estás segura que te sientes bien? - siento su mano sobre mi frente y le dirijo una mirada fulminante.
— No estoy loca, sus ojos eran dorados. - sentencio y percibo como Scott traga saliva. - ¿Qué pasa?
— A veces vemos cosas que no son. - explica, acariciando mi cabeza. - Tal vez solo te pareció.
— No lo sé, Scottie, yo sé que vi sus ojos y no eran normales.
— Ya, Lonie, vamos a olvidarlo y ver una película.
— Bueno, está bien. - acepto, aunque poco convencida.Al día siguiente, Scott, Stiles y yo, nos animamos a hacer un road trip por una semana... Bueno, en realidad, Scott y Stiles insisten en que deberíamos salir de Beacon Hills unos días y disfrutar de lo que el exterior ofrece. Me parece extraño, pero acepto.
Viajamos a San Diego, a donde, sorprendentemente, nunca he ido. Así que pasamos un gran tiempo en las playas, en los parques de agua, acuarios, parques y restaurantes. Tomamos mil fotos, compramos una que otra cosa y, luego de un largo tiempo, me siento plenamente feliz.
— Tenemos suficientes fotos para hacer cincuenta mil álbumes. - bromea Stiles en nuestro camino de regreso a Beacon Hills. - Eres buena fotógrafa, Lonie.
— Gracias, Stiles. - replico sonriente desde el asiento del copiloto de su Jeep.
— Bien, bien, no me digan que van a confirmar su romance porque esto no será cómodo. - nos fastidia Scott desde el asiento trasero y Stiles, a pesar de estar conduciendo, lo golpea en la cabeza. - ¿Dónde quedo Lydia? - continúa riendo Scott.
— ¿Quién es Lydia? - contesta Stiles. - Solo tengo ojos para Lonie. - añade sonriente y recibe un golpe de Scott.
— Si la tocas, mueres. - le advierte mi primo.Mi tía Melissa nos recibe cuando llegamos a Beacon Hills. Nos ayuda a bajar nuestras cosas de la Jeep y luego pide que todos pasemos para comer algo.
Mi tía nos prepara una cena deliciosa como recibimiento por todo nuestro tiempo fuera, aunque fueron solo 7 días. Mientras como del asado, noto que Melissa tiene ojeras debajo de los ojos y que su cabello, que por lo general trata de mantenerlo sujeto, está algo despeinado en la parte de atrás. Cuando me vuelvo hacia Scott y Stiles, veo que ambos tienen la misma mirada que yo.
— ¿Cómo ha estado todo por aquí? - pregunta Stiles.
— Bien, bien. - se limita a responder ella.
— Vamos, puedes ser más específica, mamá. - insiste Scott y mi tía le dirige una mirada extraña. - Oh, entiendo.
— Bueno, hora del postre. - anuncia Melissa para cambiar el tema y se apresura a recoger los platos y llevarlos a la cocina.
— Te ayudo. - dice Scott y la sigue rápidamente.Algo está mal.
— ¿Stiles?
— ¿Si? - pregunta él sonriente. - ¿Quieres decirme algo?
— Si.
— ¿Aceptaras ser mi novia? - bromea moviendo las cejas seductoramente.
— Aunque me encantaría decir que sí intento decirte eso, la verdad es que quiero saber qué pasa aquí. - Stiles traga saliva nervioso. - No creas que no lo he notado.
— Lonie, muchas cosas cambiaron desde que te fuiste. - responde. Lo veo limpiar el contorno de sus labios con una servilleta y, segundos después, se levanta de su sitio y se acerca a mi costado. - Hay algo más grande que no entiendes y que, lamentablemente, te pondría en peligro si te lo digo.
— ¿A qué te refieres? - pregunto intrigada. - ¿Son narcotraficantes? - bromeo, pero Stiles no ríe.
— Scott me mataría si te lo cuento, Lonie. - responde y acerca una mano para llevar un mechón de cabello detrás de mi oreja. - Solo te diré que tiene que ver mucho con lo que viste nuestra última noche en Beacon Hills.
— ¿Los ojos dorados? - pregunto en un susurro y Stiles asiente.
— Veré si convenzo a Scott de contártelo, pero mientras tanto, por favor, no hagas preguntas. - pide, apretando mis manos y viendo directo a mis ojos sin dudar. - Por favor. - repite una vez más y solo entonces asiento. - Bien, perfecto, gracias, Lonie.
— De nada, Stiles. - musito justo antes de que mi tía y Scott entren al comedor.
— Te lo dije, mamá, estos dos se traen algo. - bromea Scott al poner la bandeja con el postre al centro de la mesa. - Creo que Stiles será parte de la familia oficialmente dentro de muy poco.
— Ya, Scott, no los...Y de pronto, dejo de escuchar lo que lo tía dice. Mi mente se concentra en una sola cosa: los ojos dorados del joven.
¿Qué significan? ¿Qué tienen que ver con el secreto de Scott y Stiles?
¿Qué está pasando en Beacon Hills?
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Gold Eyes | Teen Wolf
Fanfiction- Esos ojos. - ¿Qué hay con ellos? - Eran diferentes... Eran de un color que jamás había visto. - ¿Estás segura que te sientes bien? - No estoy loca, sus ojos eran dorados. Cuando Avalon cede a la insistencia de su tía y va de visita a Beacon H...