Capítulo trece.

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El resto de la semana, Scott se mantiene conmigo prácticamente todo el día y, contrario a lo que creía, Stiles no aparece más que un par de veces y por un par de horas. Según mi primo, Stiles está ayudando a averiguar algunas cosas y está sumamente ocupado, pero a mi me parece que hay algo más.

Scott le toma mucho interés a mantenerse en forma y me arrastra con él. Por ello, todos los días, desde muy temprano, salimos a correr y hacemos una rutina de ejercicios en casa. No sé de dónde sacó esta repentina afición, pero no puedo resistirme. Solo un día intente decirle que pasaba del ejercicio y no me habló en toda la mañana.

Además de ponerse en forma, Scott revela su otro nuevo interés: ser más estudioso. ¿A quién creen que le pide que sea su tutora? Sí, a su prima.

Todos estos cambios hacen que sea difícil siquiera pensar en salir con Isaac. Cuando recibo mensajes de él, siempre estoy ocupada con una nueva idea de Scott para reivindicarse por el desastroso año escolar que tuvo. Y cuando nos hemos cruzado en la calle, a penas tenemos unos minutos para hablar porque o estoy en plena rutina de ejercicios o estoy camino a hacer algo con mi primo.

No es que no quiera a Scott, pero tanta cercanía me esta comenzando a abrumar. Incluso mi tía Melissa, quien ha tenido largas jornadas en el hospital, le dijo un par de veces que me dejara descansar un poco. Pero ambas sabíamos que eso no iba a pasar, cuando una idea se le mete en la cabeza a Scott, no se detiene.


- Un nuevo asesinato en Beacon Hills. - escucho que anuncia la periodista en las noticias matutinas mientras me preparo para salir a correr con Scott un lunes por la mañana. - El cuerpo fue hallado en el bosque con signos de haber sido estrangulado. La policía maneja diversas...


Y no escucho el resto porque Scott apaga la televisión de la sala.


- ¿Lista? - pregunta y cuando termino de atar mis agujetas, asiento. - Bien, vamos.


Mientras corremos, me coloco los audifonos para escuchar algo de música. Scott, que es mucho más rápido que yo, toma la delantera, pero no tanto como para que lo pierda de vista. Eso de ser hombre lobo tiene sus ventajas.

Continúo corriendo detrás de Scott por la acera y veo que se detiene ante un semáforo. Oh, ¿olvide mencionar que no corremos en el bosque? Sí, bueno, mi primo parece haber desarrollado un repudio por ese lugar.


- Tarde, Lonie, muy tarde. - dice Scott en cuanto le alcanzo y, en lugar de responderle, le insulto mentalmente mientras me apoyo en mis rodillas para recuperar el aliento. - Cualquiera pensaría que se te facilitaría nuestra carrera matutina luego de haberlo hecho por una semana.

- Algunos no hemos nacido para correr. - me defiendo cuando me recupero. - Además, tu tienes el factor lobo jugando a tu favor. - Scott sonríe burlonamente con los ojos cerrados y juro que si no fuese mi primo, le lanzaría una cachetada.

- ¿Avalon? - llama una voz que he extrañado mucho y me vuelvo al instante.


Cuando encuentro sus bonitos y azules ojos, una sonrisa se forma en mi rostro y me acerco para abrazarlo. Pero justo cuando estoy a algunos centímetros, me detengo al recordar que estoy bañada en sudor.


- No importa. - dice él al rodearme con sus brazos y me levanta del suelo por unos segundos. - Cielos, sí que te he extrañado.

- ¿Ya no tienes a quien cuidar? - bromeo en cuanto nos separamos y ambos reimos por unos segundos.

- Fuiste la primera y creo que serás la única. - responde y escucho a Scott atorarse detrás de nosotros. Ok, lo entiendo, eso se puede malinterpretar. - Me refiero a cuidarla, Scott, tranquilo. - le dice con una de sus sonrisas que me parecen encantadoras.

- Sí, bueno, tal vez deberíamos volver a correr. - dice mi primo. - ¿Nos vamos, Lonie?

- Uhm, sí, supongo. - respondo y me vuelvo hacia Isaac apenada. - Lo lamento, ya sabes como es. - añado, encogiendome de hombros.

- Está bien, continúa con tu rutina de ejercicios. - me dice, manteniendo su sonrisa a pesar de que ambos sabemos que esto no le agrada para nada. Tengo muchos mensajes de texto que lo comprueban. - Tengo un plan. Mantente atenta a tu celular. - susurra en mi oido cuando me abraza a modo de despedida y antes de separarse, me da un beso en la mejilla.


Al mediodía, mientras preparo el almuerzo y Scott limpia la casa, alguien llama a la puerta. Seco mis manos antes de acercarme a la puerta principal, pero en cuanto me acerco a esta, mi primo aparece a mi costado.


- ¿Qué pasa? - pregunto al ver su ceño fruncido.

- Oh, no, no importa. - responde luego de un rato. - Es Stiles. - añade antes de volver a su tarea.

- ¿Quién pensaste que era? ¿Un asesino? - Scott me mira con los ojos entrecerrados cuando abro la puerta para recibir a nuestro amigo. Mi sarcasmo no le gusta. - Hey, desaparecido.

- Sí, también es un gusto verte, Lonie. - saluda Stiles y esta vez, a diferencia de la semana pasada, me sonríe sinceramente. - Huele muy bien, ¿estás cocinando? - asiento mientras caminamos hacia la cocina.

- Pasta. - le digo. - ¿Te quedas a almorzar?

- Por favor. - responde él y noto que, si bien intenta mantener la sonrisa, esta se va apagando poco a poco.

- ¿Estás bien?

- Sí, ¿por qué?


Bien, este es el momento. Stiles y yo hemos sido amigos por años y no voy a dejar que se aleje. Quiero mucho a este chico de cabello corto, lunares y sarcasmo natural. Que dejemos de hablar tanto como antes no me gusta. Incluso cuando deje de venir por 9 años, Stiles y yo nos escribíamos y hablábamos por teléfono. Es uno de los pocos amigos que me conoce tal y como soy y no quiero perderlo.


- Ya no vienes a casa, ya no escribes o llamas y la semana pasada parecía que enserio te disgustaba verme. - Stiles traga saliva. Bien, voy por buen camino. - Si te hice algo, enserio lo lamento. No quiero pelear contigo y no quiero que te alejes.

- Lonie... - murmura él y rodea la barra de la cocina para pararse junto a mí. - El que debe disculparse soy yo.

- ¿Qué sucedió, Stiles? Todo estaba muy bien, tú y yo siempre hemos sido buenos amigos.

- ¿Recuerdas que te dije que me había cansado de sentir miedo? - asiento, permitiendo que mi mente regrese a ese día. - Durante el último año, he vivido una vida llena de peligro y desastres por donde mirase. He cambiado, me he convertido en esta persona que enfrenta los problemas, pero está siempre a la defensiva. - explica con los ojos fijos en los míos. - Cuando llegaste a Beacon Hills, pasé de esperar algún nuevo problema a pensar en qué pasaría si algo sucedía mientras seguías en la ciudad.

- Tú y Scott quieren protegerme y que todo el asunto de los hombres lobo no me afecte, pero lo hace, Stiles. No puedo ignorar el hecho de que mi primo forma parte de ello y que tú enfrentas a estas cosas raras... ¿cómo se llamaban? ¿Kanima? - él asiente.

- Te conozco desde antes de entrar a la primaria, Lonie, y si algo te sucediera, no podría perdonarmelo. Scott siente exactamente lo mismo.

- Isaac tenía razón. - murmuro.

- ¿Qué dijo él?

- No debí haber venido.

Gold Eyes | Teen Wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora