Capítulo treinta y cinco.

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- Chicos, no saben lo que hacen. 

- Oh, pero si solo queremos correr con nuestra nueva amiga. - dice Aiden mientras continuamos caminando. 

- Va a ser divertido. - añade Ethan con una sonrisa divertida. - Correremos los tres juntos y podremos hablar un poco sobre cómo es que te convertiste en mujer lobo. 


Trago algo de saliva cuando llegamos a colocarnos al frente de todo el grupo de alumnos. El entrenador hace sonar el silbato a los pocos segundos y siento una garra clavarse en mi brazo. 


- Corre, amiga. - me susurra Aiden. 


Le hago caso al gemelo y acelero a la misma velocidad que ellos lo hacen. No me sorprende que pueda mantener el ritmo, después de todo, ya he estado probando mis nuevas habilidades en los entrenamientos con Derek. 


- Así que, Avalon, ¿por qué no comienzas desde el principio? - pregunta Ethan. - ¿Cómo es que pasaste de estar agonizando a ser una mujer lobo? 


¿Cómo es posible que él sepa eso? Eso solo podría pasar si hubiese...


- Tú estabas allí. - concluyo y ambos gemelos ríen. 

- Te estabas tardando. - bromea Aiden. - Pero nosotros no te herimos. 

- Entonces, ¿qué hacían? - pregunto al esquivar una rama. - ¿Jugaban? 

- Vigilábamos. - me corrige Ethan. - Vigilábamos que no te rescataran antes de tiempo. 

- Vimos todo, Avalon, vimos cómo te clavaron sus garras y cómo te desangrabas. - continua Aiden con una facilidad que me hace temblar. - Vimos cómo te sacaron de allí y te llevaban al bosque. No tenías oportunidad, no ibas a sobrevivir. 

- Pero sigo aquí. - aprieto la mandibula mientras los veo dirigirse miradas cómplices, como si se estuviesen hablando telepáticamente. 

- ¿Cómo es eso posible? - pregunta Aiden. - ¿Cómo te...? 


Pero no puede terminar su pregunta porque alguien se lanza encima de él y hace que ruede por la tierra. Su hermano se detiene en seco y yo lo imito, sin saber muy bien por qué. Seguimos el ruido de la pelea y vemos a dos cuerpos llenos de tierra golpeándose. Uno de ellos es el gemelo y el otro es... 

¿Quién es? 

Ethan se mete a la pelea y se transforma en hombre lobo para sacar ventaja. Veo como inmovilizan a quien intentó salvarme y solo cuando le obligan a levantar la cabeza lo reconozco. 

Isaac. 


- Chicos, estamos en campo abierto, no creo que...

- ¿Cuántos huesos tiene el cuerpo humano? - me interrumpe Aiden mientras dobla el brazo de Isaac hacia su espalda. 

- Aiden, por favor. - pido, apesar de que él no merece cortesía. 

- Vamos a contarlos, ¿quieres? - sugiere Ethan y cierro los ojos antes de ver cualquier cosa. 


Pero en lugar de escuchar el grito de Isaac, se escucha un grito femenino de alguna parte del bosque. 


(...)


No sé si pueda seguir soportando esto y seguir cuerda. 

Gold Eyes | Teen Wolf Donde viven las historias. Descúbrelo ahora