28. Propuestas y cursiladas

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28. Propuestas y cursiladas.

—Te tengo dicho que hay que tener la cabeza en su sitio cuando se haga deporte, Anna -me dijo Jessie por vigésima vez mientras me colocaba la bolsa de guisantes congelados en el ojo-. Pensaba que te lo enseñaron en el campamento militar.

—Y lo hicieron. Es solo que me distraje, ¿vale? No soy perfecta.

—Anna, así no se puede ir. No quiero que Nueva York te cambie, antes eras menos despistada. Creo que después del estreno de la película tú y yo tenemos que comenzar a entrenar un poco.

—¡Pero Jessie! ¿Quieres que el poco tiempo que me queda aquí me lo pase corriendo para no estar despistada?

Jessie me puso una mano en el hombro.

—Tienes que ser una buena soldado.

Alcé las cejas. ¿Yo tenía que ser una buena soldado? ¿desde cuándo?

—Cuando llegaste aquí eras mucho más agresiva, se notaba que venías de donde venías. Ahora... Te has ablandado. No tienes esa chispa Prescot que nos caracteriza.

Ahí Jessie llevaba razón. ¿Qué me pasaba? Antes era mucho más atenta, ¡incluso una chica había llegado a secuestrarmee y yo no había sabido defenderme bien! A lo mejor si necesitaba entrenar un poco. No soportaría llegar a Texas y que todos pensasen que me había transformado en una newyorquina blanducha. Bajé la cabeza.

—Lo siento, sueno como papá.

—Lo haces.

La puerta se abrió dejándonos ver a Christina con Emma a su lado, parecía una lapa, no dejaba caminar a su madre.

—¡Pero mamá!

—Emma cariño, ya te he dicho que One Direction no va a cantar en el festival. Se están dispersando, y no creo que tengan tiempo de cantar en un colegio.

Emma se cruzó de brazos con un puchero, muy enfadada. Christina se dirigió a nosotras.

—¡Anna! ¿qué te ha pasado?

—Me he chocado con una farola.

—¿Y eso?

Recordé que estaba embobada saludando a Luke cuando todo pasó. Obviamente, no le dije: «Estaba mirando a su hijo mientras corría».

—Alguien me llamó y cuando me di la vuelta me di en el ojo.

Christina puso una mueca y me quitó la bolsa del ojo para poder examinarlo con la mano libre sin el móvil.

—No tiene muy buena pinta. Pero se te irá en dos semanas.

Se levantó y cogió su bolso para después ponerse unas gafas de sol. Christina siempre iba elegante y bien vestida, tenía movimientos muy decididos pero femeninos a la vez. Era una mujer guapísima. ¿Cómo haría para ser así siempre?

A mí mi madre siempre me regaña por no ir andando recta.

—Sobre lo del festival, Emma -su hija la miró—, ¿por qué no buscas alguna banda del instituto?

La hermana de JessieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora