32. Una acampada llena de sorpresas

2.8K 191 140
                                    

31. Una acampada llena de sorpresas

Dos días después del estreno de Jessie, ella nos comunicó que haríamos una acampada. Estaba bastante nerviosa, y no sabíamos por qué. Quería que todo se hiciese cuanto antes. Yo, por mi parte, estaba bastante calmada. Me encontraba en un momento de mi vida en el que estaba a gusto y no tenía muchas preocupaciones.

En ese momento estaba en mi habitación, colocando mi ropa en una bolsa y las cosas que necesitaría para la acampada. Tenía ya bastantes recursos debido al campamento de Texas. Entonces me puse a pensar en que en nada de tiempo mis padres vendrían a por mí y quise ir a preguntar a Jessie. Pero... ¿realmente merecía la pena destrozar el día con esa pregunta para deprimirme el resto de los días que me quedasen allí? A lo mejor ni Jessie sabía la respuesta al día de mi vuelta a casa.

Después de preparar las maletas, entré en la habitación de Emma y la vi colocando su maquillaje en su bolsa de maquillaje. Llevaría a la acampada al menos cinco bolsas para diferentes funciones.

Así era ella.

—¿Te vas a maquillar para estar en el campo?

—Nunca sabes si te va a ver alguien allí, debo estar perfecta siempre —me contestó con mucha naturalidad encogiéndose de hombros.

—Sí claro, porque a un oso le va a gustar mucho cómo te has maquillado.

—¿¡Un oso!?

—A ver —llegaba la hora de reírse un poco—, un oso no sé, pero quizá alguna tarántula o una mosca perrera sí.

Emma me miró con cara de horror y yo pretendí permanecer seria. Era verdad que te podías encontrar algo de eso, pero vamos, ¿ponerse así por eso? Emma era muy graciosa cuando se ponía en modo gritón.

—JESSIEEE —Gritó a pleno pulmón. Jessie vino corriendo nada más oírlo y llegó con el pelo despeinado y cara de aturdimiento.

—¿A quién tengo que regañar? —preguntó enseguida con su tono habitual de sargento.

Cuando me vio me puso cara de circunstancias y yo solo le miré con la cara de ángel que yo tenía (y lo que era).

—Sólo le he dicho que pueden haber insectos.

Emma comenzó a lloriquear.

—¿Y para qué se lo dices? Ya sabes cómo es con estos temas.

—¡Es de lógica!

Repliqué riendo. Emma me miró mal.

—Emma —la llamé amablemente, ella me miró con los brazos cruzados. Era igualita que una niña pequeña—, no pasa nada porque puedan haber bichos, estás con nosotros y no te pasará nada, ¿de acuerdo?

—Si tú lo dices...

El teléfono de la casa sonó y oí la voz de Bertram hablar. Después gritó que el taxi ya estaba fuera esperando para que nos llevase al autobús que nos llevaría al campo donde dormiríamos.

Todos bajamos con todas nuestras cosas (algunos más cargados que otros) y subimos al taxi. La ida fue incómoda, pues éramos bastantes y yo tuve que sentarme encima de Luke, que estuvo todo el rato acariciando mi brazo y besando mi hombro. Fue de lo más vergonzoso.

La hermana de JessieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora