VIII. Misión Incompleta

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N/A: En este capítulo tratare de basarme un poco en el manga, pero obviamente cambiare algunas cosas.

VIII. Misión Incompleta.

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Después de lo sucedido, el comandante junto con sus dos mejores mercenarios; habían hallado el cuerpo herido de Leona, tuvo algunas heridas leves y otras no tan serias, fue trasladada a la enfermería que estaba dentro de la base Ikari.

Heidern desconfiaba un poco respecto a Zeus, pero no creía que estuviese trabajando para alguien más, es decir para, Rugal Bernstein. Este miraba a su ahijada que estaba haciendo reposo, por suerte no tenía nada grave, seria dada de alta en cuando se le cierren sus cicatrices, vio como la joven abría los ojos, encontrándose con la presencia del comandante.

—Al fin despertaste—hablo en seco y demostrando alivio, —El doctor dijo que estas bien.

—Lo siento, comandante. —se disculpaba ella inclinando la cabeza.

—No importa, pronto lo detendremos. Aun no terminamos esa misión. —hablo el comandante al levantarse de su silla. —Aun debemos averiguar el paradero de Rugal.

—Eso no será un problema. —agrego con una sonrisa, Heidern arqueo una ceja, no entendía lo que quería decirle su ahijada. —Cuando él me gano en la "batalla", logre colocarle un chip de rastreo, con la forma de una medalla dorada.

—Buen trabajo, soldado. —le felicitaba este al apoyar su mano en la cabeza de su ahijada: Heidern suele mostrar de vez en cuando su cariño ante ella, porque no siempre es frio. A veces, demuestra un poco más el cariño y la protección como todo un padre. A la joven siempre la ve como una niña, no le importa la edad que tenga, siempre la vera como aquella niña a la cual le había entrenado para su bien.

Ralf abre cuidadosamente la puerta, viendo al comandante hablando con su compañera y al parecer las heridas no fueron tan graves como aparentaba:

—Comandante, encontramos la guarida—hablo el coronel para hacer un saludo militar. —Rugal estuvo escondido en una isla. —informaba al hacer una pausa.

—Buen trabajo coronel. —felicitaba este al dirigir su vista hacia el castaño. — ¿Puedes terminar la misión?

—No—interrumpió la peli azulada, ambos la miraron con asombro. Verla levantarse de su cama, estando segura de sí misma. —Me quiero encargar de esto yo sola, comandante. —agrego al esconder su puño.

—Leona...—pronuncio Ralf su nombre al ver la reacción de su compañera. — ¿Estas segura? —pregunto estando percatado.

—Sí, Zeus jugo conmigo, quiero terminar mi batalla con él. —respondió en seco.

—De acuerdo, soldado. —asintió Heidern al sonreír de lado, el castaño lo miro sorprendido.

— ¡Comandante pero ella...!

—"Ella" tomo su decisión coronel y debe respetarlo—le volvía a afirmar para contradecirlo.

—No voy a rendirme. —musito Leona al ir a buscar sus cosas.

— ¿Por qué hizo eso? —interrogo Jones al ver como su compañera se alejaba.

—Porque Leona no es de rendirse. —Contesto al darle la espalda, —Y eso lo note con el tiempo del entrenamiento. —se decía en su mente.

Cuando la militar termino de cambiarse, se dirigió hacia la oficina de datos para chequear alguna información sobre la supuesta isla desconocida, viendo por la pantalla de las computadoras, todas mostraban la misma localización; la ubicación estaba entre Brasil y Argentina, para ser exactos, una isla que estaba escondida en la frontera de ambos países, solo el océano los separaba por muy poquito. — ¡Hey Leona! —le interrumpió Ralf al salir entre las sombras. — ¿Ya te vas a ir?

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