XV. Una melodía nocturna

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Aclaraciones: Como ya dije antes, esto se enfoca en ciertos encuentros casuales entre Iori e Leona. Posibles cambios de personalidad en ambos personajes, no mucho. Habrá ciertas insinuaciones de Kikuri Tanima, Natsuki Hiruma (Oc mío) y Quizás sobre Maki Kagura, eso todavía depende xD... También incluiré algunas estrofas de la canción de Iori Yagami de su CD Drama, «Letra cursiva» canción de Iori. Que aclaro que no es de mi propiedad solo lo estoy utilizando por el momento en este capitulo. (~...~Flash Black)

[Capitulo anterior: XIV. Rivalidad amistosa]

— ¡M-Me duele, l-la cabeza y m-mi corazón esta...esta...! —al poder pronunciar la respuesta, sus recuerdos que trataban de encajar como si fuera un rompe cabezas. Termino quedando inconsciente en sus brazos por el dolor que sufrió.

— ¡Leona, reacciona, Leona! —intento despertarla al mover un poco su rostro pero ella no se despertaba, luego verifico su pulso. Se alivio de que todavía tenia pulso, aunque no entendía ¿Por qué todo tan de repente? Clark se levanto del césped para llevar a su compañera al hotel y después, se encargaría de explicarles este pequeño problema de Leona al coronel y al comandante.

Lo que no sabía el teniente Steel era que una mano invisible se había dibujado con la brisa del viento, nadie podía verlo, porque el era el viento, Goenitz era el hakkesshu del viento...

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XV. Una melodía nocturna.

~I~

La paciente tendrá que hacer reposo de cinco días, tuvo una recaída. oía ella una voz algo grave y adulta. Con su poca visibilidad notó que se trataba de un medico, quizás sea el doctor que está para atender a los concursantes del torneo, no solo eso, sino que también hay ambulancias y un hospital a dos cuadras del hotel. — ¿Ella estuvo comiendo estos días? interrogó preocupado.

Podría oír otras voces, supone que se tratan de sus compañeros de equipo. Clark y Ralf. Ellos están preocupados por el repentino estado de su compañera. Esto los dejo inquietos porque también tienen una misión que cumplir aun. Todavía no le informaron al comandante pero tenían que hacerlo para que sepa el estado de su ahijada.

—Ella se esta alimentando bien ¿Cuál es el problema, doctor? —hablaba desconcertado el coronel Jones. El teniente miro por debajo de sus gafas oscuras a su compañera.

—Leona, esta débil. Tuvo como un golpe de temperatura, además necesita el reposo y una buena alimentación, porque quizás no cumple el horario. —respondió en seco y serio. —No tiene que salir a ningún lado, es mejor que se quede haciendo reposo. —replico, como si se tratara de una orden.

—Lo entendemos, señor. Ella va cumplir con su reposo. —comento Clark. Vio que ella abrió los ojos pesadamente. —Muchas gracias, doctor... ¿Puede decirme como se llama?

—Hiruma Ikki—respondió en seco y frívolo para retirarse haciendo un saludo de cortesía.

—Gracias, Doctor Hiruma. —agradeció el coronel, asintiendo con la cabeza.

Cuando el doctor cerró la puerta detrás de su espalda, vio a otra persona que estaba caminando por los pasillos de los departamentos de cada peleador. Al parecer este sujeto buscaba su puerta. Un pelirrojo que llevaba consigo un equipaje de cuero que envolvía su guitarra, parece que venía de ensayar con su banda o eso creía. Ambos se miraron fríamente de pies a cabeza, el sujeto siguió su camino hasta toparse con su puerta que estaba al lado del doctor. Este no quería hablar pero lo tuvo que hacer, por lo menos para establecer alguna conversación de poder conocerlo un poco más, antes de irse.

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