Capítulo 33

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Narra Harry:

 Después de mostrar mi pasaje caminé por un pasillo. Al llegar al final de éste un viento frío azotó mi cara. Subí el cierre de mi campera para mantener el calor y entré al avión. Me fijé el número de mi asiento y lo busqué. Tenía el asiento al lado de la ventana lo que me agradó. Apoyé mi cabeza contra el vidrio y cerré los ojos. Sentí un leve dolor en el codo y volteé a ver que había sido.

 — ¡Perdón! —se disculpó un chico de pelo castaño y ojos marrones. Fruncí un poco el ceño preguntándome por qué se hacía problema. Pero al parecer se tomó mi gesto como una molestia hacia él.

 — Yo… no…—empezó a balbucear. Al verlo con la cara llena de preocupación me tenté y reí fuertemente.

 — Oye, no pasa nada —logré decir entre jadeos- tranquilo.

 — Uf, menos mal —me sonrió— soy Liam Payne.

 — Harry Styles.

 — ¿A dónde vas?

 — A New York, voy a estudiar.

 — ¡Yo también! Que coincidencia.

 — Tal vez vayamos al mismo lugar ¿Dónde vas a estudiar?

 —A Juilliard.

 — A que no adivinarás… voy al mismo lugar.

 — Qué genial ¿Ya tienes dónde quedarte?

 — Por estos días voy a ir a  un hotel y luego buscaré un departamento.

 — Si quieres podrías venir al mío. Mis padres me regalaron uno por haber podido entrar el semestre pasado.

 — ¿No te seré una molestia?

 — Que va… para nada. Mejor para mí así no estaré tan solo.

 “Buenos días Sras. y Sres. En nombre de Flightlight, el comandante y toda la tripulación, les damos la bienvenida a bordo de este vuelo con destino a la ciudad de New York”

 Una aeromoza rubia nos saludó.

 — ¿Entonces te quedarás?

 — Claro. Gracias.

 — No hay de qué.

 “Como medida de precaución adicional, le recomendamos permanezca con el cinturón abrochado durante el vuelo. Muchas gracias por su atención y feliz vuelo.”

 Al terminar de hablar encontró su mirada con la mía y me sonrió. Hice caso omiso y seguí hablando con Liam. Al pasar por nuestro lado se detuvo al lado de Liam y se inclinó un poco sobre mi nuevo amigo.

 — Cualquier cosa no duden en avisarme. —nos guiñó un ojo y se fue.

 — ¡Que zorra! —se quejó Liam.

 — Casi te asfixia con sus tetas.

 Estallamos en carcajadas y seguimos hablando durante todo el vuelo. Después de varias horas volvió a aparecer la misma aeromoza.

 “Sras. y Sres. Pasajeros, dentro de unos momentos tomaremos tierra en el aeropuerto de Newark. Asegúrense que el respaldo de su asiento está en posición vertical y el cinturón abrochado. El comandante y toda la tripulación esperan hayan tenido un vuelo agradable y confían en verles nuevamente a bordo.”

 Esperamos unos minutos y aterrizamos sin problemas. Antes de poder pararnos la aeromoza volvió a pasar y nos pasó su número sin guiñarnos antes de irse lo que hizo que estalláramos en carcajadas otra vez.

 -Hace tiempo no me reía así- le dije secándome las lágrimas por reírme tanto.

-Este año sin duda va a ser el mejor- afirmó mostrándome una amplia sonrisa.

 Nos paramos de nuestros asientos y tomamos los bolsos de mano. Salimos por la puerta y el viento volvió a azotar mi cara.

 — ¿Frío eh? —se burló Liam.

 Bajamos por una escalera y el aeropuerto estaba lleno de luces y ruido por doquier. Una vez dentro tomamos nuestras maletas y paramos un taxi.

 La ciudad era hermosa. Se veían personas por todos lados. Carteles con luces adornaban las calles. Una de las razones por las que se decía que esa ciudad nunca dormía. El taxi se detuvo y rápidamente le pagué al taxista.

 — ¡Hey! Eso fue trampa —se quejó Liam.

 -No te preocupes que tendrás que pagar la comida.

 — En tus sueños rulitos. Entremos.

 Caminé unos pasos atrás para poder ver mejor la fachada del departamento y me quedé con la boca abierta. ¡Wow! Sí que tenía dinero. Caminamos hasta la puerta y cuando estiré el brazo para abrirlo no fue necesario. Apareció un hombre con uniforme y se presentó.

 — Buenas noches caballeros ¿Puedo llevar sus maletas?

 — Seguro.

 — ¿A qué piso van?

 — 23

 Nos guió hasta el ascensor y subimos los tres. Música tranquila sonaba para que uno se relajara. Después de casi una eternidad llegamos.

 — Déjelas aquí nomás. Gracias.

 El hombre se despidió con un gesto de la mano y volvió al ascensor. Cada uno tomamos nuestras maletas y Liam metió las llaves entrando primero. Al ver lo que era me quedé en mi lugar.

 —Basta Harry, es molesto.

 — ¿Eh? ¿Qué cosa?

 — El que te quedes parado como un bobo con la boca abierta.

 — De acuerdo, es que… ¡Tienes un departamento de lujo!

 — Si ya, no es para tanto. Toma cualquier habitación que quieras menos la última.

 Asentí y abrí todas las puertas tratando de escoger una. Al final opté por la segunda que tenía una gran vista a la ciudad.

 — Harry —me llamó Liam desde la puerta— ya me voy a dormir, cualquier cosa avísame.

 — No te preocupes Liam, descansa.

 Dejé mis cosas a un lado y me tiré en la cama. Los almohadones eran tan suaves que hizo que se me escapara un bostezo. Rebusqué entre mis cosas y saqué unos calzoncillos.

 Después de una relajante ducha, me acosté en ropa interior quedando rápidamente dormido.

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