Capítulo 56

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Pov. Anastasia.

El día ha sido un verdadero purgatorio, para dejar de pensar y de sentir estar inmensa necesidad que tengo de estar en los brazos de mi Dios griego. Cosa que no duró mucho tiempo y mi mente empezó a recordar cada momento que hemos estado juntos. Sonrío por lo adicta que me he vuelto a ese hombre y por lo que decido decirle lo mucho que lo extraño.

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De: Anastasia Steele
Para: Christian Grey

Señor Grey,

Lo echo de menos y más todas sus demostraciones de afecto.

¿Dónde está?

Ana xx

Anastasia Steele, novia enamorada del controlador obtuso.

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Continuó trabajando esperando que me responda pero pasa el tiempo y no sé nada de Christian y eso me extraña mucho que no haya llamado ni ha respondido mi mensaje. Me siento agotada y decido que ya es hora de irme y al salir de mi oficina pasó por el despecho de mi querido controlador obtuso.

La contempló e imaginándolo sentado en su silla CEO. Entro al ascensor para ir a descansar.

Llego al apartamento y Eva esta en la cocina tomándose una taza de Café y por lo que veo piensa salir.

- Te ves muy linda, Eva. Digo.

- Gracias, Ana. Voy salir con Edward y hoy me portaré muy mal. Me guiña el ojo. Ah, no vendré a dormir. Dice riéndose.

- Me alegro por ti. Digo con tristeza. Deseando que Christian estuviera aquí conmigo.

- Ay amiga, lo siento y sé que desearías que Christian estuviera contigo, pero no te pongas triste porque pronto estarán juntos. Asiento. ¿Te sucede algo más?

- No he sabido desde el medio día de Christian y me parece extraño. Respondo.

- Tal vez te tiene una sorpresa y toca tu puerta. Ríe.

- Ojalá, pero lo más probable es que está muy ocupado. Me daré un baño para esperar que Christian me llame. Que disfrute tu noche. Le doy un beso.

Se levanta para terminar de prepararse para su encuentro con su gigante verde como lo ha bautizado. Me encamino a mi habitación para darme una relajante ducha.

En el baño abro el grifo del agua caliente y dejó que se llene. Salgo a la habitación para revisar mi Blackberry, pero hay ni siquiera una llamada o un mensaje, tiro el móvil al sofá y me desvisto para entrar a la bañera.

Cierro los ojos para disfrutar de la calidez del agua acariciando mi piel y deseando que sea el hombre que me alborota las hormonas. Mi cuerpo se estremece al sentir el roce de esas manos que tanto conozco y abro los ojos de golpe para comprobar que no estoy soñando.

- Estoy aquí para demostrarte el efecto que causas en mí. Dice, recorriendo mi cuerpo.

- Emmm.... Me pierdo en la profundidad de ese color plomo. Esta vestido con una camisa blanca, un pantalón negro, su hermoso pelo alborotado y me sorprende que este descalzo.

- No podía pasar más tiempo sin verte, nena. Dice, acercándose más a mi.

Sonrío con timidez y con el corazón que amenaza por salir de mi pecho.

Una sombra llega a mi vida.  (1 T) (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora