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Año 2089

El sonido que provocaba él ruido de la sala, simplemente le hizo despertarse de mala gana, abriendo sus ojos de forma lenta mientras seguía escuchando el ruido que no paraba de sonar y peor aun, el sol traspasaba las cortinas, obligándole a removerse de mala gana.

¿Como era posible que siguiera despierto?, había estado pensando la noche anterior cuál seria la reacción de las demás personas al verlo muerto.

Seguía vivo por mala gana. Y eso tenia que decir que debía asistir a esa nueva escuela, al bachillerato. Una nueva escuela, un nuevo curso, no estaba preparado, ni nada por el estilo. Pero nada estaba en su favor ese día, incluso pudo divisar la cabeza de su madre asomándose a la puerta de su cuarto para verificar si estaba despierto.

-JongWoon, llegaras tarde.

-Ya voy.-Susurró mientras dejaba de lado las cobijas y se disponía a levantarse.

No tenia ganas de nada, completamente nada. Tan sólo era una persona mas en la tierra, una que no era afortunada pero tampoco desgraciada, vivía en una familia donde los problemas subían y bajaban. En una familia donde el dinero ya estaba destinado para muchas cosas, pero nunca para los deseos de los que unos querían. En una familia donde los gritos eran constantes, donde las risas igual, donde uno podía estar protegido a pesar de todo.

Y eso era lo que era su casa; su protección.

Podía ver a todos caminar de un lado a otro cuando se asomaba a la ventana de la calle, podía ver algunos cuantos soldados camuflajeados entre las personas, tan solo para estar protegiéndolas.

Y aunque sonara incrédulo, el lugar donde vivía; era de alta sociedad si se podía llamar, pero su casa no lo parecía. Aun así, cada noche pensaba que despertaría y se encontraría con la sensación de que algún demonio había entrado a ella al creerla abandona.

-¡JongWoon, que se nos hace tarde!

Su madre volvió a gritar desde la sala que se hallaba luego luego a su cuarto, no podía decirle que no quería ir a la escuela, estaba nervioso.

Aun así, no podía evitar estar tomando lo que seria su uniforme y su mochila con útiles.

Ahí iba a la escuela, a un lugar que se podía llamar el infierno.

Se supone debería estar intranquilo, era su primer día en la preparatoria y prácticamente se sentía nervioso, y temeroso por todo sin saber que era lo que le iba a pasar. Todos ya habían encontrado sus amistades, reían y bromeaban entre ellos mientras compartían de muchas cosas entre si.

Estaba ansioso, no quería ninguna persona cerca, ni siquiera le importaba si tenía amigos. Estaba acostumbrado a estar solo, pero no podía evitar sentirse en la soledad profunda cuando entro al salón y todas las bancas estaban ya ocupadas por amigos y sus grupos. No quería estar tan cerca de grupos, no quería escuchar esas escandalosas risas.

Camino un poco cabizbajo buscando algún lugar, hasta que lo encontró. Pero no estaba solo, a lado había un chico de cabellos castaños que veía por la ventana con mucho desinterés mientras sus dedos toqueteaban muchas veces la mesa de su asiento, manteniendo el ceño fruncido como si hubiese sido obligado a ir tan temprano.

Angels Fall | KyuSung |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora