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Yesung recargó su espalda en la pared de aquella fría celda, movió un poco sus muñecas sintiendo el frío de las cadenas que rodeaban estas. Estaba aburrido.

Y las ganas por golpear a KangIn aumentaban.

Estaba seguro que si EunHyuk le ayudaba, entonces entre los dos le pondrían unos buenos golpes sin importarles que tan lastimoso se les regresara a ellos. Querían así mostrarle su enojo por estar en una situación como esa.

Por hacer que KangIn siguiera con esa maldita sonrisa en su rostro, se habían expuesto ellos dos en esas condiciones. Que al final, a ellos no les serviría de nada, solo divertían  a KangIn que de seguro se andaba arrastrando su risa por ahí y no recibirían ningún premio o algo por el estilo por estar en ese lugar.

Ahora estaba confundido, demasiado confundido con respecto a KyuHyun.

Desde que había conocido a KyuHyun, supo que era alguien fuerte y decidido, pero no le hablaba tanto de su vida privada, llego a pensar que hasta secretos tenía. Y ahora lo encontraba como jefe y líder de aquella agencia de seguridad.

El era el único que con una mirada lo ponía a hacer temblar, sus piernas fallaban y sus nervios igual. Siempre lo dilataban. Casi la mayor parte del tiempo.

Y no podía entenderlo, aquellas cadenas se incrustaban tan fácilmente alrededor de sus muñecas que no podía removerlos o romperlos. No podía usar por completo la mayoría de sus poderes en ese lugar, es como si algo se lo estuviera impidiendo.

“Estos tipos trabajan con magia”

Recordó a EunHyuk la ultima vez que había hablado con el. Si era así, ¿Entonces quien era KyuHyun?, ¿Es que acaso nunca tuvo la sinceridad de decirle?, el había sido honesto con él, y el había sido atento con el.

Ni tanto el uno, ni tanto el otro. No tenia nada que reclamarle, nada.

Alzó la mirada para observar las rejas que se incrustaban del piso hacia el techo. El techo era totalmente gris y liso, como el piso de igual manera. No podía hacer nada, siempre usaba su vista para ver la pared enfrente suyo y poder ver del otro lado de aquel cuarto. Había otro y solía estar KyuHyun ahí, observándolo, anotando algo.

Pero ese día no estaba, había perdido los días ya desde que la hambre había empezado a atacar su garganta.

—EunHyuk.—Susurró en espera de ser respondido.

Pero no obtuvo la respuesta que quería, deseaba saber si este comenzaba a tener la misma necesidad de probar una gota de sangre. Estaba necesitando sangre.

Agradecía que sus manos estuvieran atadas por detrás de su espalda y encadenadas, no sabría que podría hacer con tal de conseguir un poco de ese alimento. Su vista viajo de un lado a otro y siseo un poco al percibir un dolor en la parte abdominal que le hizo jadear y llevar su cabeza hacia atrás.

Alguno de ellos se estaba peleando, podría ser que tal vez HeeChul había golpeado a KangIn por los días que los había abandonado ahí.

Otro golpe mas le hizo arquear la espalda y jadear mas alto, le dolió, maldición, que dejaran de pelear y peor aun. El que daba el golpe, recibía su karma al doble, si a el le estaba doliendo, no podía imaginar él dolor de HeeChul.

—Basta Hyung, te Lástimas.—Susurró poniéndose de rodillas y tosiendo un poco.

No debió haber hecho eso, su garganta seca había dolido y el se estaba sintiendo de la patada.

KyuHyun había ingresado por nueva cuenta al lugar, siendo recibido por las quejas que el mayor estaba soltando al aire. Eso mismo le había hecho acercarse a prisa hasta donde la celda, abriendo la puerta e ingresando hasta el azabache.

Angels Fall | KyuSung |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora