dos veces × namgi

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Nam me había dejado un mensaje y las ansias por volver a la universidad fueron demasiadas. Necesitaba saber que fue lo que había sucedido. Dejé a SeokJin en su habitación y subí al tercer piso en busca de la de Nam. Al llegar dudé si tocar o no. Tenía miedo de que el me empezace a preguntar adonde había ido, en la mañana, y a que. Tragué saliva en forma pesada y me decidí por golpear.

- ¡¿Quién es?! - gritó desde dentro. Reí despacio.

-¡Nam, soy Yoon! - Grité en respuesta aunque no sabía si era necesario.

- ¡Pasa, está abierto!

Dudé por un momento, pero luego, ya harto, la abrí y me encontré con una sorpresa. La habitación de Nam estaba muy ordenada y excesivamente limpia. Habia venido anteriormente y no era nada parecido a esto.

- ¡Esperame ahí, estoy en la ducha! - Gritó desde el cuarto de baño.

- ¡Esta bien! - Le respondí al instante y cerré la puerta tras de mí.

Me senté en su cama, estaba recién hecha y eché una mirada al lugar. Tres pares de audífonos en diferentes lugares, un papelero con tres hojas arrugadas dentro, un cuaderno bastante ocupado y una placa con su nombre en el escritorio. Me acerqué a ella, rápidamente, y la tomé entre mis manos. Era dorada y tenía un gancho en la parte de atras para ponerlo en la ropa. ¿Por qué Nam tenía uno de estos?

- Veo que ya te diste cuenta.

Salté en mi puesto por no darme cuenta que había salido. Nam estaba en frente mío con el torso descubierto y una toalla colgando de su cintura. Abrió su armario y se puso una playera. El olor que de el provenia era estupendo.

- Lo s-siento - Logré decir. La curiosidad me estaba torturando y estaba avergonzado porque no suelo ser así. - Si quieres me voy... Y vuelvo cuando ya estés listo.

- No, esperarme - Volvió a entrar al cuarto de baño con un poco de ropa entre sus manos.

A los pocos minutos salió ya vestido y con el cabello seco, pero alborotado. He de decir que se veía bastante atractivo.

- ¿Por qué estás en pijama? - Sus mejillas se colorearon y reí por ello, no lo había visto así antes.

- Estoy cansado y quiero seguir durmiendo - Iba a hablar, pero tomó mi mano, delicadamente, y me indicó que seguiría hablando - Anoche no dormí. Llegué a dormir acá y me levanté cuando ya no aguantaba el olor a bar. - Reímos.

- Era horrible. - Intervine.

- Mi mamá...mi mamá dejó de trabajar porque no se siente muy bien. Tiene que hacerse exámenes y esas cosas. Eso significa menos dinero para mi familia y un gran gasto. Tengo beca, pero no completa. Mi papá paga la diferencia y me da dinero para comer, ropa y demás. Ahora ya no va poder ser asi, sólo pagará la Universidad y yo me haré cargo de mis necesidades.

Me sentí un poco culpable respecto al hecho de que yo sí tenía una beca del cien porciento y me pagaban hasta la comida. Mis padres tenían dinero, pero no me apoyaban en esto. Me tuve que ir de casa y debido al talento y mi situación, me dieron todas las oportunidades.

- Entonces tu...

- Empecé a trabajar en un bar-restaurant viernes y sabado por la noche. Soy mesero y ayer recibí buenas propinas. La paga no está mal tampoco.

Me puse a sonreír como un idiota. La presión que sentía en el pecho desapareció rápido y lo único que quería era un abrazo y no de cualquiera.

- Yo podría ayudarte - Me miró extrañado - No tengo dinero, pero puedo trabajar de medio tiempo también. Así no tendrás que tener un trabajo tan agotador y peligroso como este. - Las palabras salieron de mi boca sin que pudiera detenerlas. Quería ayudarlo, protegerlo, que estuviera bien y feliz.

Rió y despeinó mi cabello con su mano libre. Bajó su mirada hacia mi mano y noté que la tenía entrelazada con la suya con fuerza , como si quisiera darle mi seguridad y quitarle a el sus miedos. Sentí mis mejillas arder y luego sus brazos alrededor de mi cintura. Era cálido y se sentía bien. Me encantaba estar es sus brazos. Me daban tanta seguridad que me era imposible de entender. Pero había otra cosa que me costaba mucho entender y era el porque mi corazón tomaba un ritmo tan pacifico cuando el apenas me tocaba, y yo temía por ello.

Sin duda, Kim NamJoon era alguien a quien querría recordar por siempre.