dos veces × namgi

12

El día iba tranquilo. Las clases me habían parecido interesantes - bueno, siempre lo hacen - y en la cafetería había comida que me gustaba.

Bajaba las escaleras desde mi habitación hacia mi estudio. Tenia -como siempre - composiciones obligatorias a medio hacer y ya me estaban urgiendo por terminarlas.

Una oleada de frío aterrizó en mi cuerpo e hizo que escondiera mis manos en los bolsillos de mi abrigo. Mis dientes temblaron fuera de mi voluntad y apreté los labios.

Y ahí fue que pasó lo que temia que pasara.

Mi pecho comenzó a apretarse y me costaba respirar correctamente. Seguí caminando de todas formas, bajando las escaleras. Un hielo recorrió mis terminales nerviosas y ya no.pude más. A diez escalones del piso deseado, mi cuerpo se paralizó y mi vista se fue a negro.

-- ¿Estás de suicida, Yoon? -- Sentí su brazo afirmando mi torso. Sólo su brazo se necesitó para salvarme. Me sentí tan pequeño e indefenso.

Aún no podía respirar bien ni articular palabra. Me dediqué a sólo apoyar mi frente en su hombro y ha jadear despacio, volviendo a mi ritmo.

-- ¿Quieres volver a tu habitación? -- Negué lo más que pude con mi cabeza y el soltó una risita -- ¿Al estudio? -- Asentí y sentí como tomaba mi cabeza con delicadeza y la dejaba apoyada al lado de su cuello, para luego pasar sus mano por debajo de mis muslos y cruzar mis piernas arriba de sus caderas.

Me llevó así hasta mi estudio, tal como a un bebe. No me quejé, sólo me percaté de que no hubiera nadie por los pasillos, me daría algo de vergüenza.

Pero mi corazón ya se había calmado.

Me dejó en la silla de mi escritorio y me miró por algunos segundos.

-- ¿Estas mejor? -- Asentí y apoyé mi cabeza entre mis manos -- Entonces nos vemos luego.

Abrió la puerta tras de sí y yo me balancee en la silla para detenerlo. Tenía que decirle algo.

-- Gracias, Nam.

Sonrió muy sincero y se fue, no sin antes darme una caricia en el cabello. Idiota. Le enseñé la lengua en vano, ya no estaba.

Gracias, también Nam, por sólo ayudar y no preguntar. Lo último que queria eran coversaciones inútiles sobre mi estado.