dos veces × namgi

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Impedimentos...

Lo pensé y mucho. Estaba decidido. Aquella noche no pude dormir bien porque los pensamientos me atacaban cual relámpagos. Nam en cada luz, en cada imagen. El tan conocido cosquilleo en mi estómago me relajaba, y luego de decidirlo, en pensamientos lindos logré conciliar el sueño.

El camino a la habitación de Nam ya me lo sabía de memoria, escondiendo el hecho de que la habitación de SeokJin estaba al lado. Tenía la idea en mente de invitarlo a comer y sería mi primer paso en mi plan de conquista. Que cursi sueno, es cierto. Estaba fallando a mis propios ideales, después de SeokJin no quería mas relaciones, pero las cosas llegaron y no pude engañarme. Quería a Nam para mi.

Pero el destino quería obviar algo que di al olvido.

- Adiós, Dae. - Escuché decir a Nam.

Ambos estaban afuera de la habitación, regocijándose en un tierno abrazo, acompañado de la unión de sus labios. La chica, Dae, le acariciaba dulcemente el rostro con sus finas manos y Nam jugaba con su cabello mientras la miraba directo a los ojos. ¿Me lo merecía?

Fui un tonto.

Golpeé a la puerta de SeokJin antes de que el inutil y asqueroso momento cursi de Nam y Dae terminara. Cuando abrió, su cabello estaba desordenado y sus ojos y labios hinchados, es posible que haya estado dormido.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué estás llorando?

- D-dejame entrar.

Los brazos de Jin me envolvieron y me empujaron hasta el interior de su cuarto. Acomodé mi rostro en su pecho, mientras y lágrimas humedecían su ropa y mi corazón se oprimía con fuerza.

Era un dolor muy diferente.

Jin acariciaba mi cabello con una mano, mientras la otra la mantenía plana en mi pecho. Sentí más rabia de la que ya me estaba atacando. La razón por la que terminé con Seok era para dejar de molestarle con mis tontos dolores, sentía que el amor no nos era suficiente para aguantar esto y el tenía mucho cual vivir. Y aquí estaba ahora, molestándole sin siquiera ser algo.

- ¿Por qué estaba estúpida regla tiene tantos pasos antes de llegar a esto?

- Para ver si lo que sientes es suficiente para seguir luchando.

Me quedé ahí esa noche, mi ritmo cardiaco no era el correcto y Kim me cuidó hasta que logré calmarme.

Impedimento número 1: A Nam le gustaban las chicas y una chica gustaba de él.

Hola.
Se aproximan más capítulos así y luego muchos llenos de cursilería.
Se acerca el final.
Gracias por leer.