dos veces × namgi

08

Mi teléfono comenzó a vibrar en forma repetitiva, una llamada entrante. Me acurruque entre mis sabanas antes de sacarlo debajo de la almohada y verlo con un solo ojo. "Nam" anunciaba el pequeño aparato en forma reluciente. No tenía ganas de hablar, sólo arrastre el icono rojo a la izquierda y devolví el aparato a su lugar. Luego de unos pocos segundos de descanso volvió a sonar, pero esta vez, harto, decidí contestar.

- ¿Qué es lo que quieres, Nam? - Hablé lo más cortante posible, aunque mi voz estaba adormilada.

- No estas en clases.

- Vaya, sí me di cuenta. - Hice una pausa, pero no oí respuesta - No me sentía bien, eso es todo.

- Ayer tampoco estuviste en clases, ni apareciste por el recinto.

- Estoy bien, Nam. Sólo un poco decaído, creo que es gripe.

Un simple"ajá" oí por respuesta para luego escuchar el pitido de llamada suspendida. El teléfono marcaba las 10:18 de la madrugada. Suspire abadito. Seguro el profesor me llenaría de preguntas en cuando volviera a clases y, sin más, llegaría a pensar que mis faltas son por no haber terminado el proyecto a tiempo, lo cual es falso. Me dediqué a mirar el techo, por un tiempo indefinido, mientras mis ojos volvían a cerrarse, cuando fui interrumpido por sus pequeños golpecitos en la puerta de mi habitación.

- Em...¡Yoon, soy Nam. Traje té caliente, miel, algo de limón y una que otra medicina que no tengo ni puta idea para que son, pero quizás te ayuden! Las debes revisar primero porque no quiero que te mueras por tomar la pastilla equivocada, ten cuidado. Igualmente estaré aquí, hasta que te sientas mejor.

Mis mejillas se colorearon instintivamente. Alguien digame que lo que acaban de oír no es tierno. Me cubrí hasta la nariz con las colchas, pero era inutil fingir que no me encontraba ahí. Dejé salir aire de forma fuerte, para luego bajar de mi cama, ponerme algo de ropa y abrirle al idiota de Nam con la peor de las caras, mientras el me esperaba del otro lado con una sonrisa esperanzadora.