Me levanté sin muchos ánimos, ¿Quién tendría ánimos luego de un día así? Para colmo, más tarde de lo que debería. Sentí rabia, quería llegar temprano, al menos, para sentir que estaba haciendo algo bien.
Luego de una corta ducha y de dejar que abundante agua empapara mi cabello, me decidí por vestir. Miré el reloj, aún me quedaba algo de tiempo para comer. O eso quería pensar.
Mi celular vibró, desviando mis irracionales calculos. Lo tomé y leí, apresurado, el mensaje reciente. Nam no me creyó nada de lo que le dije el día anterior. Le conté que la razón de mis lágrimas fue una caída, un duro resbalón en el pasillo.
Yo tampoco me hubiera creído.
Miré su último mensaje mientras mojaba mi garganta con un poco de zumo de naranja, "un desayuno espectacular", así le diría mi doctor, lleno de ironía.
— Yoon, el profesor ya llegó.
— Mierda. — Respondí, de todas formas, no podía arriesgarme a correr.
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dos veces × namgi
أدب الهواةNam y Yoon asisten a una escuela de arte en donde aprenden a componer e intérpretar música. Todo iba bien hasta que Nam encontró a su compañero llorando en el pasillo y se metió donde no lo habían llamado. • Narraciones cortas. • Actualizaciones ráp...
