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Impedimentos...

Esta bien, siendo sinceros, no pude separarme de NamJoon. Luego de aquel día en su estudio, en el cual me mantuve callado y atorado en pensamientos que más parecían sueños, Nam nuevamente me invitó diario a comer junto a él. Sabía que me haría mal estar en su compañía, pero aún así asentí. Cada día pasaba por mi, cercano a la hora de almuerzo, para que camináramos juntos a la cafetería. Seguía con sus juegos de querer alimentarme con comida de su plato, de tomar mi mano cuando estaban cerca y de abrazarme cuando estaba cerca de el. ¿Por qué lo hacía? Ni idea. ¿Debía preguntarle? Tal vez. ¿Debía confesarme? No de nuevo. No así.

Bebía mi café "porque sí" cuando mi teléfono vibró bajo mi almohada. Dejé mi taza en mi mesita de noche y tomé el móvil, sufriendo un poco por el cambio de temperatura, para leer el mensaje.

- ¿Podemos vernos ahora?

El remitente era NamJoon y lo acompañaba una carita triste. Respondí lo más rápido que mis dedos pudieron. Un "Sí" más un "Voy a tu habitación" fueron mi respuesta. Saqué un abrigo de mi armario, me lo puse sin cuidado de desordenarme el cabello, tampoco era como si estuviera peinado, y salí de mi recamara. Subí enérgico las escaleras, como nunca antes, intentando concentrarme en el opaco paisaje y no en las mariposas que revoloteaban en mi interior. No tenía idea de lo que Nam quería de mi, pero no quería hacerme ilusiones tontas. No, de verdad no quería eso.

El camino se me hizo larguísimo y se notó en los largos suspiros que exhalé antes de golpear la puerta. Nam abrió de forma lenta y asomó su rostro. Una grandes e hinchadas ojeras acompañaban sus ojos, sus mejillas rojas y sus labios temblaban. Sin ni siquiera decir hola, me abalancé sobre el y lo envolví en mis brazos, poniendo mi cabeza en su pecho. Lo escuché comenzar a sollozar y mis piernas flaquearon. No tenía idea que era lo que lo tenía tan mal, ni podía imaginarmelo. ¿Le habría pasado algo a su familia? Era la primera pregunta que rodeaba mi mente. Elevé el rostro y limpié las últimas lagrimas que caían por sus mejillas y, sin pensarlo, las bese. Las besé intentando quitar el dolor de ellas, quitarle cuantas lagrimas abrían consumido y llenarlas de ternura, como siempre han sido. NamJoon solo me miró y sorbió para dejar de sollozar y por fin dignarse a hablar.

- YoonGi - Su voz aún se entrecortaba - Lo siento, YoonGi. No quería que me vieras así.

- Está bien - Acaricié su cabello lentamente. Toda oportunidad de tocarle la aprovechaba. Estaba tan adicto a el que me daba miedo - ¿Qué fue lo que ocurrió?

- Mi mamá... mi mamá necesita un trasplante de corazón. - Mis manos tiritaron y cayeron a ambos lados de mi cuerpo, sin cambiar mi expresión. Quería pensar que esto no estaba pasando y que era otra tonta pesadilla. - Está en el hospital hace unos días. No quiero que muera, YoonGi.

"No quiero que mueras, YoonGi"

Ahora si que todo se había ido a la gran puta. No, no sería capaz de decirle a NamJoon lo que sentía y menos si luego tendría que confesarle que necesitaba un corazón y que, si no lo conseguía, iba a morir. No, no se lo diría. No lo destruiría mas de lo que ya está.

- Todo estará bien, Nam. Yo entiendo y se que todo estará bien.

Y fue esa frase la gota que rebalsó el vaso.

- ¿Entiendes? - Nam me soltó de forma brusca y su rostro cambió de expresión - ¡Tu no entiendes nada y nunca lo harás! - ¿Nam?- ¡Te diste el derecho de dejar a tus padres y no los extrañas, ni siquiera quieres verlos! - No podía mover mis labios ni decir palabra alguna - ¡No te importaría ni una mierda si uno de ellos se enferma! ¡No entiendes!

Un solo paso fue necesario para alcanzar la manilla y salir de aquel lugar. Corrí por el pasillo con la vista nublada y los labios apretados. NamJoon tenía razón, jamás sería capaz de entenderlo. Perdí todo contacto con mis padres hace años, me afectó al principio, pero ya apenas tengo el recuerdo de como lucen. Pero, cuando lo dije, no me refería a él.

- Yoon ¿Te encuentras bien?

Debí decirle algo diferente, debí quedarme en el abrazo y en silencio. El me pidió que lo acompañara y yo solo lo arruiné.

- ¿Yoon?

Mis latidos no eran correctos, mis piernas se sentían débiles y mi vista estaba aún peor, pero seguí caminando. Debía llegar a mi habitación y acostarme en mi cama, así lograría calmarme. Mi corazón estaba tan calmado en sus brazos. Lo siento tanto, Nam...

- ¡YoonGi!

dos veces × namgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora