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Impedimentos...

Sólo unas calificaciones más y todo terminaría, por lo menos, por el semestre.

Ya no tenía el tedioso vendaje en mi rostro y los cardenales ya ni se notaban. Podía hacer muecas gruñosas y sonreír sin dolor. Nam había ido a visitarme a diario para recordarme sobre aplicar mis cremas y tener periodos de descanso para evitar otro desmayo.

— ¡Yoon! ¿Estás ahí? ¡Abre! — Por la voz supe que era Nam el que golpeaba — ¡Tengo buenas noticias!

Dejé mi laptop a un lado y me dirigí a la puerta para abrirla. Nam tenía una grande y linda sonrisa en su rostro, y un papel en su mano.

— ¿Qué pasa?

— Mira — Me tendió el papel y lo tomé. Comencé a leerlo y mi corazón a acelerarse, mi entrecejo a fruncir. — Nam, esto es...¿Me estás invitado a presentarme contigo en este festival?

Asintió y cerró la puerta tras su espalda. El papel era un flayer que anunciaba un festival de rap local y en la parte de los artistas invitados aparecían los nombres artísticos de Nam y el mío. Mierda.

— ¿Por-por qué no me preguntaste antes si quería participar? — Debía controlarme, no armar un escándalo y sacarme este problema de encima, a pesar de que fuera una enorme oportunidad — ¿Cómo saben de mi existencia?

— Les envié un vídeo tuyo. — Se había sentado en mi cama y jugó con una de mis almohadas al tiempo en que respondía — Es una excelente oportunidad. Será divertido.

Lo único que faltaba, un sonriente Nam refregandome en la cara que no podía hacer algo que deseaba tanto.

— No puedo hacerlo — Le estiré el papel.

— Claro que puedes, no estés nervioso.

— No soy lo suficiente bueno, además tengo cosas que hacer. — Le dejé el papel en sus piernas y me volteé para no ver su expresión suplicante. Quería que se marchara.

— ¡Vamos, Yoon! Ya acabó el semestre, no tienes nada para hacer. — Caminó y su rostro quedó frente al mio.

— Iré a visitar a mi familia — Yoon, eres un muy mal mentiroso.

Nam dejó su rostro en blanco con aires de molestia. Caminó de vuelta hacia la cama y tomó el papel en sus manos. Sentía como mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza, tenía miedo.

— El nombre Suga me sonaba a alguien sincero, que lucha por sus sueños, no a un cobarde que miente para excusarse. — Abrió la puerta de mi habitación — Nos vemos, Yoon.

— ¡Estoy enfermo!

La puerta se detuvo a medio camino y sentí como el tiempo perdió su ritmo común. Nam no volvía a entrar, pero su mano afirmaba el picaporte con fuerza.

— ¿Gripe? — Habló, pero no pude ver su rostro.

— A veces mi corazón se pone como un loco ¿Sabes? Y no puedo hacer nada para controlarlo. En otras, las palpitaciones son lentas, demasiado. Los doctores dicen que si no muero por una, puedo morir por la otra. Si no logro controlar la adrenalina que causa en mi un escenario... jodí ¿Puedes entenderlo ahora? Estoy enjaulado, no tengo más opción que solo componer. ¡Todo por lo que tanto luché se fue a la mierda de un día para otro y...

Sus brazos apretaban mi cuerpo con fuerza, haciendo que mo cabeza cayera en su pecho, sin remedio. Le mojé la remera, pero no pareció importarle, solo acariciaba mi cabello y repetía que me calmara. Mi corazón estaba en paz.

— SeokJin me lo contó todo el día que te desmayaste.

— ¿Qué?

— Déjame hablar. — Asentí — Vas a lograr dominar tu cuerpo y vas a subirte a ese escenario conmigo, Min YoonGi. Lograrás tu sueño sin morir en el intento, ¿Me oíste?

No quería soltarle, no quería que dejara de acariciarme y menos luego de sus palabras.

— ¿Cómo harás que eso ocurra?

— Haciendo que estar arriba del escenario sea algo común en tu vida.

Volví a asentir. No podía imaginar cómo lograría lo último, ya había intentado subirme, pero terminé en el hospital las tres veces que lo intenté.
Fue muy humillante.

— Nam.

— ¿Mh?

— Podemos quedarnos así por un rato más — Aveces sentía que mi cuerpo actuaba por si mismo. Jamás diría algo tan meloso como aquello en mi estado neutro.

Sus brazos se sentían tan cálidos.

Mi enfermedad pareciera ser el tercer impedimento.

dos veces × namgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora