Nam y Yoon asisten a una escuela de arte en donde aprenden a componer e intérpretar música. Todo iba bien hasta que Nam encontró a su compañero llorando en el pasillo y se metió donde no lo habían llamado.
• Narraciones cortas.
• Actualizaciones ráp...
Mis ansias y deseos de beber más café, las empañadas ventanas y las empalagosas luces de colores por los pasillos eran el indicativo de que tal dulce y armoniosa época del año había llegado, Navidad.
Me preparé una cocoa con exceso de mashmellow para recostarme y, quizás leer algo, cuando los recuerdos de un pasado mejor repletaron mi mente. SeokJin me traía luces y un pequeño árbolito apenas los primeros días de diciembre llegaban. Mi habitación llegaba a verse muy navideña y familiar. Luego, cuando víspera llegaba, viajábamos a su casa y pasábamos Navidad ahí. Le encantaba cantar villancicos mientras tocaba la guitarra y su madre el piano. No era molesto, porque eran lentos y bien tocados.
Unos meses antes de que nuestra relación terminara, el arbolito se rompió y nunca más volví a tener algo así en mi habitación. Las luces tampoco volvieron. Lo único de ese estilo que me estaba acompañando era un gorro de Santa que NamJoon me había traído hace algunos días.
— YoonGi, ¿estás despierto?
SeokJin golpeaba a mi puerta con delicadeza. Me levanté sin mucho esfuerzo, pero aún sintiendo un exceso de líquido en mi labio superior.
— ¿Qué ocurre? — Dije apenas abrí.
— Quería saber si...irías a alguna parte en estas fiestas.
— No, en realidad, ni siquiera me había puesto a pensar en ello.
Pude notar en su rostro sus próximas palabras. Esos ojos tan llenos de emoción y solidaridad. Le dije que no. De verdad quería pasar una Navidad completamente tranquila en la comodidad de mi habitación, o quizás mi estudio.
— Piénsalo, ¿si? — Fue lo último que dijo antes de volver a su habitación. También había ofrecido quedarse.
El silencio aquella mañana me hizo notar que era cierto lo de que casi todos se iban en esas fechas. Tomé una ducha y, abrigando hasta la nariz, salí de mi habitación. El frío era peor que otros días por el simple hecho que no existía el calor de las personas recurrentes.
Nam también se había largado.
Pasé la tarde en mi estudio. Fue inútil, compuse, pero algo horrible y deprimente que de seguro quemaría en los próximos días. Decidí dejarlo en mi carpeta, de todas formas.
El 24 de diciembre más deprimente de mi vida.
No estaba solo. No era el único chico amargado que pasaba la Navidad en laa universidad. Se veían luces por debajo de las puertas de varias habitaciones. También sabía que un chico llamado JungKook estaba deprimido en su habitación porque tuvo una pelea con su novio. Los chismes corren en este lugar. Iría a acompañarle, si es que tuviera personalidad o algo de alegría que entregarle.
El reloj del microondas marco las once con treinta y dos minutos, momento en que mi ramen instantáneo estuvo listo. Mi propia y singular cena de Navidad. Creo que jamás había tenido tal mal plan cono esa vez. Una parte de mi deseaba haberle dicho que sí a SeokJin, de seguro estaría comiendo una deliciosa comida casera. Pero la otra parte me indicaba que debía permanecer ahí, en la Universidad, en mi línea, en mi lugar.
— Feliz Navidad — Susurré mientras sorbía las últimas gotas de mi vaso, la cual estaban mas que frías.
Las una con cuarenta y siete y la noche ya no me parecía tan aburrida. La inspiración había llegado de forma fuerte y no podía parar de escribir frases dispersas en mi pequeño cuaderno. Un tapabocas cubria la mitad de mi rostro, el frio estaba jugando feo.
Golpearon mi puerta y me levanté rápido con los audífonos puestos. Mi mente estaba repletas de estrofas que combinaban perfecto. Abrí la puerta y bajé mi tapabocas para hablar más claro.
— Nam, no molestes ahora. La inspiración a llegado furiosa y yo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus labios se sintieron tan cálidos bajo esa fría y gélida noche que un escalofrío me recorrió lentamente. No supe como reaccionar al momento exacto, pero mis ojos sí, ya que comenzaron a derramar lagrimas saladas que rodaron hasta mis labios.
— Me gustas tanto, YoonGi.
Mis labios solo eran capaces de tiritar y pedir mas tacto de los del contrario.
— ¿De qué estás hablando?
— Estoy intentando confesarme, ¿quieres callarte? — Asentí, pero con un ceño fruncido de regalo — Tenía miedo e hice muchas estupideces. Me demoré mucho. Quería llegar a las doce, pero hubo un tráfico horrible y...
— No tengo tiempo para esto, con sinceridad.
Lo atraje con cuidado hacia dentro y cerré la puerta, ya que todo se estaba congelando. Me lancé a la cama y seguí escribiendo, esa canción no podía escaparse de mi mente, debía terminarla.
Sentí un peso a mi lado y, luego, una mano rodear mi cintura. El calor no se demoró en llegar y me acerqué aún más a él. Lo extrañaba, lo extrañaba tanto.
— Traje palomitas.
Terminamos la canción juntos, entre risas, frases tontas y caricias acompañadas de besos tiernos. Me encantaba que Nam desordenara mi cabello y besara mis mejillas. Me encantaba Nam.
Dormimos juntos y despertamos al día siguiente con el cabello repleto de palomitas pegadas. Nos bañamos en turnos y estuvimos un largo rato con mucho bálsamo y una peineta intentando sacar el alimento dulce.
A la hora de la comida invitamos a JungKook. En realidad invitamos a todo el que estuviera solo, pero solo llegó el. Lástima, se perdieron nuestro delicioso ramen instantáneo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Horas más tarde, JungKook y su novio se reconciliaron, déjanos solos. Nos miramos un buen rato, mientras tomábamos un café que se sentía amargo, debido a que habíamos comido chocolate antes, y tuvimos la mejor ideas de todas. Dormir, ya que la otra cosa que amábamos, ademásmas que la música, era dormir.
Quedan dos capítulos😭 Disculpen la demora y tanta kk junta Lxs quiero mucho💓 y gracias.